Desde la Agencia Internacional de la Energía (IEA) ponen en el punto de mira a los vehículos tipo SUV, a los que califican como uno de los obstáculos más importantes a la hora de contrarrestar las emisiones de dióxido de carbono y cumplir con los objetivos climáticos.
Ante el crecimiento de ventas de coches eléctricos que comienza a impactar, poco a poco, en el consumo y demanda de petróleo por arte de las naciones donde la nueva movilidad se está acelerando, surge una nueva amenaza derivada de la ineficiencia de automóviles cada vez más grandes y pesados fruto de la moda de los SUV.
Según la IEA a medida que las emisiones de carbono relacionadas con la energía mundial cayeron el año pasado debido a los impactos de la pandemia de Covid-19, un sector vio aumentar las emisiones en 2020: los vehículos utilitarios deportivos (SUV).
Según Apostolos Petropoulos, analista del IEA, «Los responsables políticos necesitan encontrar maneras de persuadir a los consumidores para que elijan automóviles más pequeños y eficientes«.
Desde la agencia se constata que las emisiones globales relacionadas con la energía del mundo cayeron un 7% este año, la mayor caída de la historia y alrededor de cinco veces el tamaño de la disminución en 2009 después de la crisis financiera mundial.
Los SUV disparan consumo y emisiones
Pero se estima que las emisiones de los SUV, que suelen ser más grandes y menos eficientes en combustible que otros automóviles, han experimentado un ligero aumento del 0,5%. Según los datos actuales, que maneja la IEA, si eliminamos a los SUV de la ecuación, el consumo de petróleo ha descendido en un 10% en 2020. esto equivale a 1.8 millones de barriles al día.
La pandemia ha incidido directamente sobre la movilidad y como consecuencia con las emisiones derivada de esta. A pesar de todo esto los SUV consumieron más petróleo el año pasado que en 2019.
Según el informa de la IEA «El consumo de petróleo de los SUV alcanzó los 5,5 millones de barriles por día en 2020. Sorprendentemente, estimamos que el aumento de la flota total de SUV en 2020 canceló la disminución en el consumo de petróleo de los SUV que resultó de las medidas de bloqueo relacionadas con Covid«.
Según los últimos datos aportados por la agencia, los SUV han triplicado en número su presencia en el mercado durante los últimos 10 años. La cifra del impacto ambiental es tan grande que la IEA llega a comparar las emisiones de los SUV con las de toda la industria marítima que incluye el trasporte internacional marítimo.
El impacto de los SUV eléctricos
Los SUV consumen de media más de un 20% más de energía que un coche de tamaño medio por la misma distancia recorrida.
La fuerte preferencia de los consumidores por los SUV tiene implicaciones para las transiciones hacia una energía renovable y limpia, sobre todo si nos referimos a la demanda de electricidad, baterías y materias primas.
Durante 2020, un coche eléctrico promedio alimentado por baterías estaba equipado con alrededor de 50 kilovatios hora (kWh) de capacidad de batería, según la IEA. Esto supone 22% menos que la batería media necesaria para un SUV eléctrico.
Desde la institución advierten que «las mayores ventas de SUV eléctricos en lugar de automóviles eléctricos más pequeños aumentarían la demanda de electricidad para cargar vehículos y también la demanda de materias primas como litio, níquel y cobalto«.
Fuente | Agencia Internacional de la Energía