Europa eliminará los aranceles a los coches eléctricos de Volkswagen fabricados en China
A pesar de que Alemania votó a favor, ahora sus marcas piden a Bruselas que revisen los aranceles a sus coches eléctricos fabricados en China. Un nuevo ejemplo de los bandazos que están dando los alemanes en esta nueva era de electrificación.
La Comisión Europea dijo el jueves que revisaría los aranceles sobre los coches eléctricos de Volkswagen fabricados en China, que el fabricante de Stuttgart espera que puedan ser sustituidos por una cuota de importación anual y un mecanismo de precio mínimo.
Uno de los afectados es Cupra, que fabrica el Tavascan en la planta del grupo en Anhui (China), que ha avisado en su momento que los aranceles supone una seria amenaza para su negocio. La Comisión, que estableció aranceles antisubvenciones para los vehículos eléctricos fabricados en China en octubre de 2024, dijo que había recibido una oferta de compromiso de Volkswagen Anhui y que su revisión evaluaría si era aceptable y práctica.
Según fuentes citadas por Reuters, la propuesta incluye una cuota de importación anual y un precio mínimo de venta. Si se acepta, la Comisión podría conceder una exención del arancel actual, el 20,7%, en unos meses, por lo que la tasa se quedaría en el 10% base.
La planta Anhui de Volkswagen es una empresa conjunta de propiedad mayoritaria con JAC Automobile Group de China. La Comisión dijo en abril que había acordado con China estudiar la posibilidad de establecer precios mínimos para los vehículos eléctricos fabricados en China en lugar de aranceles, pero ha insistido en que cualquier precio mínimo tendría que ser tan efectivo y exigible como los aranceles.
Opinión
Un movimiento que hace tiempo ha exigido Cupra, ya que el 30.7% de arancel actual daña de forma grave el margen de beneficio del Tavascán, y cierra las puertas a la posibilidad de importar vehículos desde China a Europa, tal como hacen otras marcas, como Tesla. Unos aranceles que se aprobaron con la ayuda y presión de Alemania, en un intento por proteger a su industria, pero que ha tenido el efecto contrario al dejar vía libre a los coches híbridos y de combustión chinos, que ya no tienen demanda en su mercado por el paso al coche eléctrico, y que pueden entrar en la UE pagando el 10%.
Unas tasas que han beneficiado especialmente a mercados como España, o Hungría, que acogen las fábricas de los grupos chinos en Europa. Unos grupos que buscan acercar la producción, reducir costes logísticos y plazos de entrega, mejorar su imagen de marca con el sello de fabricado en Europa, y además evitar todos los aranceles de entrada. Unas instalaciones que están evitando Alemania por su apoyo a los aranceles, y sus elevados costes energéticos.
