
Los primeros coches eléctricos con carga inductiva empieza a probarse en Suiza con resultados prometedores
Aunque algunos fabricantes están a punto de lanzar las primeras soluciones para cargar las baterías de sus coches eléctricos sin cables, unos investigadores suizos nos muestran los avances de sus pruebas en condiciones reales con vehículos modificados.

Los avances tecnológicos en el campo de las baterías, aplicadas a los coches eléctricos, avanzan a un ritmo descomunal. Además de desarrollar nuevos vehículos con mejores baterías, autonomías mayores, capacidades de carga ultrarrápidas y nuevas estaciones de recarga más potentes, hay una tecnología muy incipiente que está a punto de introducirse de verdad en nuestras vidas.
Hablamos de la carga inductiva, y no la de los teléfonos en el interior de los coches, algo que ya es una realidad absoluta. Nos referimos a la carga de las baterías de alto voltaje de los coches eléctricos sin necesidad de cables. Porsche, en el estreno de la última generación de su Cayenne eléctrico, o Tesla, son dos de los fabricantes que parecen más interesados en desarrollar esta tecnología. En el caso de los alemanes, el nuevo Cayenne debería ofrecer esa opción a la de ya.
Ahora, desde Suiza, llegan noticias del proyecto INLADE, que está siendo llevado a cabo (y con éxito) por parte de investigadores del centro Empa, junto a la compañía eléctrica Eniwa AG y co el apoyo de la Oficina Federal de Energía del país y de los cantones de Zúrich y Argovia. En este caso, las pruebas las han realizado con varios vehículos que fueron modificados, para poder ser cargados de forma inductiva, y homologados para poder seguir circulando por carretera.

Son, así, los primeros coches eléctricos que operan de forma real y en el día a día con esta tecnología. Y por el momento, las pruebas están siendo realmente satisfactorias, anunciando una eficiencia de hasta el 90% en comparación con los sistemas convencionales que ya conocemos y que están basados en cables. Una cifra idéntica, por cierto, a la que anunció Porsche con su también novedosa función Porsche Wireless Charge, que se estrenará en el Cayenne.
La gran ventaja que trae este tipo de carga sin duda tiene que ver con la comodidad que supone para el conductor: basta con aparcar el coche encima de la placa de carga y el sistema iniciará el proceso de forma automática. Llegar, aparcar y listo. Los investigadores suizos consideran que esta tecnología pronto se convertirá en una realidad para los coches eléctricos.
«El objetivo era probar la tecnología existente en el uso diario, aclarar cuestiones técnicas y regulatorias y demostrar su potencial para la transición energética. La tecnología funciona con gran fiabilidad en la práctica y presenta una eficiencia similar a la de los sistemas de carga convencionales», comenta Mathias Huber, del laboratorio de portadores de energía química y sistemas de vehículos de Empa, el cual puedes ver en el siguiente vídeo y en el que se ve a un Volkswagen ID.5 modificado para poder cargar mediante inducción.
El sistema consta de una placa base que transfiere energía mediante un campo magnético, a través de una bobina transmisora, hacia una bobina receptora en el vehículo. El conductor, en este caso, tiene una pantalla adicional en la consola central donde puede guiarse para dejar el coche aparcado en una posición óptima. Se pensó mucho también en el apartado de la seguridad, de forma que el sistema, antes de iniciar la carga, comprueba también de forma automática si hay obstáculos o seres vivos entre las bobinas.
Las pruebas se realizaron en Suiza bajo diferentes condiciones reales: lluvia, nieve, bajas temperaturas… incluso probando con ligeros desajustes al aparcar, para considerar todas las variables. Pero hay más: los investigadores, que indican que los coches eléctricos suelen permanecer estacionados unas 23 horas al día, destacan otro punto a favor de este sistema de carga de inducción.
«La gran ventaja de un sistema inductivo es que los vehículos se conectan a la red con mucha más frecuencia sin necesidad de ninguna intervención activa, lo que supone una ventaja tanto para la comodidad como para la transición energética». De esta forma, esta tecnología permitiría también funcionar como unidades móviles de almacenamiento de energía y ayudar a estabilizar la red eléctrica en caso de que sea necesario, abriendo así las puertas a usarse también las funciones de carga bidireccional (V2G, V2H…).
Fuente | EMPA



