El Nissan LEAF ha sido uno de los coches eléctricos más exitosos de la historia. Un pionero que ha sido arrollado por la evolución y la competencia, y que además arrastra una serie de errores de fabricación que le han perjudicado. Pero aunque muchos puedan pensar que la batería es su único problema, esto también se puede extender a las dificultades para realizar recargas rápidas repetidas, por ejemplo en un viaje, a lo que se suman fallos extraños como el que sufre este propietario.
Como podemos ver en el vídeo, grabado en tiempo real, esta unidad del LEAF 40 de 2018 circula a 120 km/h y un 55% de carga en su batería. Una capacidad que en estas condiciones complejas, temperatura exterior de 12 grados bajo cero, hace que la batería sin refrigeración ofrezca apenas 100 km de autonomía con la carga restante.
Entonces el conductor indica que inicia una subida, y es cuando empieza a suceder algo realmente llamativo. El marcador de autonomía inicia un descenso como nunca antes habíamos visto.
En apenas 1.6 kilómetros el 55% pasa a 0%, momento en el que el vehículo alcanza la cumbre de la corta subida. Unas situación que hace saltar las alarmas de autonomía del vehículo.
No menos curioso es que una vez iniciado el descenso, la carga vuelve prácticamente a la normalidad, llegando al 50% al terminar la pendiente.
Esto nos indica que el sistema de gestión de la batería tiene algún problema especial en esta unidad, que se suma a la falta de refrigeración que hace que con temperaturas bajas, la eficiencia del sistema caiga en picado.
Algo que podemos ver en las pruebas de invierno realizadas por Bjorn Nyland, donde el LEAF de 62 kWh (56 kWh útiles) ha logrado 180 km de autonomía en el test de 120 km/h. Cifra que podemos comparar con los 205 km que logra el Volkswagen ID.3 de 58 kWh útiles en las mismas circunstancias, o los 200 km del Peugeot e-2008, con sus 50 kWh de batería brutos (45 kWh útiles).
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