El llamado estándar de millas limpias (Clean Miles Standard), aprobado por unanimidad por la junta de recursos del aire de California, tiene como objetivo frenar las emisiones procedentes del transporte rodado. En el año 2018, tan solo el 1% de los vehículos destinados al transporte eran eléctricos, cifra que debe aumentar mucho a lo largo de esta década.
Para ello, el 90% de la flota perteneciente a compañías como Uber o Lyft deberá ser 100% eléctrica en el año 2030 en California, bajo un mandato estatal aprobado esta semana. No obstante, la pregunta del millón es: ¿Quién pagará por esos vehículos?
Los grupos ecologistas de California, sindicatos y conductores piden a los legisladores que se aseguren de que son las compañías las que paguen por el coste derivado de electrificar sus flotas, no los conductores. Nathan Fletcher, supervisor del condado de San Diego, expresó su preocupación en la reunión. Le preocupa que Uber y Lyft impongan la carga a los conductores, ya que el mandato no tiene un mecanismo que garantice que no puedan hacerlo.
«Creo que deberíamos asumir todas las suposiciones, ya que una industria que se basa en la explotación laboral simplemente encontrará otra manera de explotar a sus trabajadores para hacer esto», dijo Fletcher.
Los representantes de Uber y Lyft dijeron que apoyan la imposición del 90% de coches eléctricos en su flota. Sin embargo, están presionando para obtener fondos estatales y flexibilidad en la fecha limite, en caso de que ocurran retrasos en el cumplimiento de los objetivos.
«Apoyamos esta regulación y las ambiciones que establece», dijo Adam Gromis, líder global en política de sostenibilidad en Uber. «Creemos que aún hay trabajo por hacer a la hora de unir políticas con medidas de apoyo que puedan garantizar una transición justa para los conductores.»
Paul Augustine, un representante de Lyft, dijo que Lyft ha presionado constantemente para lograr objetivos agresivos para su flota, pero lograrlos requerirá más trabajo por parte de los gobernantes, los grupos ambientales, los fabricantes de automóviles y los proveedores de puntos de carga.
Los costes anuales para las empresas de transporte (incluidos los conductores y los cargadores destinados a alimentar sus flotas) alcanzarán aproximadamente los 400 millones de dólares en 2030, según un informe de la junta para el aire de California. Sin embargo, el informe también predice que los ahorros en gasolina y mantenimiento los superarán con creces los gastos, lo que generaría beneficios netos de 215 millones de dólares en 2030.
«Las empresas deben pagar todos los gastos de todos los vehículos, todo el tiempo. Pero eso no está sucediendo,» dijo Nicole Moore, conductora de un híbrido enchufable a tiempo parcial para Lyft en el área de Los Ángeles. «El coste de la flota recae en los conductores, el coste del combustible recae en los conductores. Todo recae en los conductores.»
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Fuente | Times of San Diego