Durante los últimos años, la mayoría de expertos y fabricantes han coincido en considerar las baterías de electrolito sólido como el futuro de la industria del automóvil: desde marcas comprometidas con la movilidad eléctrica como Volkswagen hasta otras más escépticas como Toyota, solo algunas voces discordantes como la de Tesla ponen en duda la importancia que tendrá esta tecnología en los próximos años.
¿Por qué este consenso alrededor de las baterías de electrolito sólido? ¿Qué características las convierten en una tecnología rupturista que ha llevado a proveedores y fabricantes a sumirse en una carrera para lograr disponer de ellas antes que nadie? Para responder a esta pregunta, nos vamos a hacer eco de la reciente entrevista que realizó la página Energy Monitor al investigador Kelsey Hatzell, de la Universidad de Priceton, el cual considera esta solución como «el Santo Grial del coche eléctrico».
Hatzell explica que el principal problema de las actuales baterías de iones de litio radica en que los electrolitos líquidos utilizados en ellas son inflamables, lo que impide que se puedan emplear materiales que podrían prolongar la vida útil del pack debido a que corren el riesgo de descomponerse o degradarse de forma prematura.
Apostar por el electrolito sólido no solo permitirá obtener baterías más duraderas, sino también más seguras. Además, algunos estudios señalan que también serán más fáciles de reciclar, si bien este área todavía se está investigando, motivo por el cual Hatzell prefiere no realizar afirmaciones de las que no está completamente seguro.
A pesar de que el electrolito sólido jugará un papel fundamental en sectores como la electrónica de consumo o la automoción, el investigador no cree que las baterías de electrolito líquido vayan a desaparecer, pues cada vez tendrán un coste más bajo, lo que las convertirá en una alternativa muy atractiva para ciertas aplicaciones.
El principal reto al que se enfrentarán durante los próximos años los investigadores será la reproducibilidad y la confirmación de los resultados entre laboratorios: para obtener unas baterías de electrolito sólido con una vida útil de varios miles de ciclos, será necesaria la convergencia de métodos en los protocolos de prueba, pues cuanto más transparentes sean los distintos actores implicados en el desarrollo de esta industria, más rápido crecerá.
En lo relativo a lo que pueden esperar los consumidores de este tipo de baterías, Hatzell se muestra cauto: cuando se le pregunta por los tiempos de carga que lograrán, explica que dependerá de la química utilizada en las celdas. En cuanto a la autonomía, afirma que se superarán las 400 millas (644 km) de alcance, si bien hace hincapié en que lo más importante será la vida útil del pack, que permitirá utilizar los automóviles como dispositivos de almacenamiento energético estacionario en los hogares.
Fuente | Motor Finance Online
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