Mañana, 14 de julio, Europa pondrá fecha al fin del coche de combustión interna

Mañana, 14 de julio, Europa pondrá fecha al fin del coche de combustión interna
Los países miembros de la UE aceptan la propuesta de España para debilitar la normativa anticontaminación Euro 7

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Publicado: 13/07/2021 09:20

Falta un día para que la Unión Europea realice un giro de timón que marque una nueva estrategia que tienen como destino la reducción de gases efecto invernadero. A través de una serie de ambiciosos planes pretende conseguir la descarbonización de toda la economía para 2050.

Mañana la Comisión de la UE presentará el paquete de reformas «Fit for 55» diseñado para acompañar al primera fase del cambio donde para 2030 el viejo continente debe haber reducido sus emisiones en un 55% respecto a los niveles de 1990.

Una de las primeras medidas para conseguir estos recortes en las emisiones pasa por poner fin a la venta del coche de combustión interna. A partir de 2035 no se podrán vender automóviles de gasolina o diésel, según las primeras filtraciones.

Diésel y gas butano más caro

El paquete «Fit for 55» se publicará el miércoles traerá consigo meses de negociaciones entre los 27 países de la UE y el Parlamento Europeo. Este plan se une a las iniciativas que desde China y Estados Unidos están tratando de llevar a cabo.

El objetivo a nivel de las grandes potencias económicas y generadoras de emisiones nocivas para la salud y el medioambiente es alcanzar para 2050 cero emisiones netas, para evitar un cambio climático catastrófico pronosticado por la comunidad científica.

Con el fin de llevar este proyecto a buen puerto, la Comisión propondrá un incremento de los impuestos energéticos para que los precios y consumos se alineen con los objetivos de reducción de emisiones.

Esto significa que los carburantes responsables de mayores emisiones como el diésel o el gas butano serán sobre los que caiga una mayor carga impositiva.

Las negociaciones no sólo atañen al automóvil de gasolina, a debate irán hasta trece propuestas diferentes que abordan diferentes aspectos de la crisis climática.

El mundo empresarial y la industria también tiene que ver dentro del proceso de reducción paulatina de las emisiones.

La Unión Europea ha revisado su legislación para impulsar opciones más ecológicas dentro de esta década, entre los más de 25 millones de empresas existentes en el bloque comunitario donde conviven hasta 500 millones de personas.

Movilidad, economía y sociedad

«Todo el mundo tiene un objetivo. Pero traducirlo en políticas que conduzcan a reducciones reales de emisiones, esa es la parte más difícil«. Así ha calificado Jos Delbeke, un ex alto responsable político que desarrolló algunas de las políticas climáticas emblemáticas de la UE, donde se han reducido las emisiones en un 24% respecto a los niveles de 1990.

Los grandes generadores de emisiones nocivas de la Unión Europea se dividen en varios sectores: Las emisiones de automóviles, aviones y barcos, que constituyen una cuarta parte del total de la UE, y estas están aumentando en la actualidad.

Los edificios producen un tercio de las emisiones del bloque y, al igual que las fábricas de Europa, muchos hogares utilizan calor producido a partir de combustibles fósiles.

Dentro del proyecto comunitario que se presentará el día 14 de julio de 2021, se establecen medidas que tienen como objetivo alentar a las empresas y los consumidores a elegir opciones más ecológicas que las contaminantes.

Todas estas medidas serán muy visibles en la vida diaria de las personas que viven y trabajan en la Unión Europea.

Primer arancel fronterizo mundial

Una de las novedades que se presentarán esta semana por parte de la Comisión Europea es la configuración del primer arancel fronterizo de carbono del mundo, dirigido a las importaciones de bienes producidos en el extranjero con altas emisiones como el acero y el cemento.

El anuncio de esta medida ha pillado en fuera de juego a los socios comerciales de la UE, entre los que se encuentran China y Rusia, como ha adelantado Reuters.

Este innovador arancel puede servir para concienciar fuera de las fronteras comunitarias a aquellas naciones y compañías más reticentes a adoptar estrategias de descarbonización de sus procesos productivos.

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