El coche que vemos no tendría un valor excesivamente alto si consideramos que es una réplica de AC Cobra. El motor 4.0 V8 de origen Rover se ha retirado de su vano, así como todo lo referente a refrigeración o sistema de escape. En su lugar, AVA Elctrifi, compañía irlandesa, le ha calzado un motor eléctrico de 500 CV de potencia para el eje trasero. Sus baterías le permiten ir «a tabla» en circuito durante unos 20 minutos.
El objetivo de este restomod es ser subastado en septiembre, durante el Salon Privé, y pasar del millón de libras. Parte de los beneficios se destinarán a la lucha contra el cambio climático antropogénico. Sus creadores piensan que alcanzará un gran valor por el guiño histórico a otro AC Cobra, el que perteneció a Tara Browne (1945-1966), heredero de la familia Guinness y miembro destacado de la aristocracia de la época.
Retrocedemos unos cuantos años en el tiempo y nos plantamos en noviembre de 1965, cuando llegó al Reino Unido uno de los 25 AC 289 Sports destinados al mercado europeo. Por entonces, Ford ya tenía los derechos de AC Cobra. Con el número de chasis COB6107, el coche fue matriculado como GYK 768C. Inicialmente, se pintó en Svecia Red con interior negro, pero no duró así mucho tiempo.
Su dueño, Tara Browne, tenía por entonces 20 años. Se codeaba con unos tales Beatles y Rolling Stones, y formaba parte del movimiento contracultural de los años 60. Al siguiente verano, el de 1966, encargó a tres artistas un trabajito muy particular. Se trataba de Doug Binder, Dudley Edwards y David Vaughan, tres alumnos del Bradford Art College. Sus primeros trabajos fueron de decoración de murales, edificios, mobiliario, e incluso coches.
En septiembre de aquel año fue expuesto en la galería de Robert Fraser en la Duke Street de Londres. Causó sensación en su día, con colas dando la vuelta al edificio. Pero su dueño no pudo disfrutarlo mucho, ya que la noche del 17 de diciembre, ya con 21 años, sufrió un accidente grave en su Lotus Elan por la combinación de exceso de velocidad, consumo de alcohol y drogas; falleció al día siguiente. Sobrevivió su novia, Suki Potier.
Si seguimos tirando del hilo, hay una conexión de este suceso con las primeras estrofas de «A Day in the Life» de los Beatles, compuesta por John Lennon y Paul McArtney, canción aparecida en el disco «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» (1967). En cuanto al coche, fue vendido y durante la década de los 70 se repintó en morado en Estados Unidos, perdiendo tan icónica combinación cromática. El coche acabó volviendo al Reino Unido con matrícula KPK 392C en los primeros 2000, y sigue estando dado de alta en tráfico.
Volviendo a la réplica que está preparando AVA Electrifi, Dudley Edwards también le hará un trabajo de pintura similar al del AC Cobra de 1966. Será el complemento visual a lo que sería una simple réplica de un coche antiguo con un motor eléctrico y baterías en sus entrañas. Recientemente Edwards también pintó el piano de Paul McArtney.
Algunos considerarán que se trata de un doble sacrilegio, por la parte automovilística y artística, pero a fin de cuentas el coche original ya no tiene el aspecto «psicodélico» que le harían mucho más valioso de lo que es. No sabemos si el motor Rover V8 aún funcionaba, pero esta empresa le ha dado vida a otros coches, como un Ferrari 308 que ahora puede circular con electricidad; el motor original de gasolina reventó, pasará por taller menos a menudo.
Próximamente veremos el resultado. El Salon Privé se celebrará del 1 al 5 de septiembre, 55 años después de aquella exposición del AC Cobra de Tara Browne. Podéis consultar más imágenes del coche en la web de AVA Classics.
