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BMW optimizará los procesos de reciclado de sus vehículos para reducir sus emisiones de dióxido de carbono

A mediados de la década, BMW introducirá su nueva familia de vehículos «Neue Klasse» (Nueva Clase), que se asentará sobre una plataforma multienergía mejor optimizada que las actuales FAAR (tracción delantera) y CLAR (tracción trasera) para albergar sistemas motrices 100% eléctricos (aunque también se podrá utilizar para desarrollar modelos térmicos, híbridos enchufables, etc).

En paralelo al lanzamiento de la «Neue Klasse», BMW seguirá trabajando en el desarrollo de nuevas formas de reducir las emisiones de dióxido de carbono derivadas de sus procesos industriales. El objetivo final de la compañía es lograr de cara al año 2030 una reducción de las emisiones medias emitidas a lo largo del ciclo de vida de sus automóviles de un 40% respecto a los niveles de 2019.

Una de las medidas clave para lograrlo será la apuesta por los materiales reciclados y reciclables, que pasarán a suponer el 50% de las materias empleadas para fabricar sus vehículos, frente al 30% actual. También se optimizará el proceso de obtención de materias primas, garantizando la más alta calidad de los materiales secundarios para así poder extraerlos de la forma más pura posible durante el proceso de reciclaje.

BMW pone como ejemplo el cableado de sus automóviles, que debe ser fácil de extraer para evitar que se mezcle el acero con el cobre de los mazos de cables, algo que puede provocar que el acero pierda las propiedades que lo hacen apto para volver a utilizarse en la fabricación de vehículos. Para facilitar la extracción, el interior de un coche debe estar compuesto en la medida de lo posible de un solo material.

El BMW i Vision Circular representará el nuevo enfoque de BMW

Esta filosofía quedará reflejada en el prototipo BMW i Vision Circular, que se presentará durante el inminente Salón del Automóvil de Múnich. Este concept car representa, en palabras de la propia marca, el deseo de BMW de convertirse en el fabricante premium más sostenible del panorama, un objetivo que sin embargo también comparte con sus rivales Audi, Mercedes-Benz y Volvo.

«2017 fue la primera vez que la población mundial consumió más de 100.000 millones de toneladas de recursos en un solo año, una tendencia que nosotros en la industria automotriz también debemos contrarrestar. Este es un tema estratégico, que se refiere no solo a la sostenibilidad ecológica sino también económica; la evolución actual de los precios de las materias primas demuestra el impacto que debe esperar una industria que depende de recursos limitados», explica Oliver Zipse, director ejecutivo de la empresa bávara.

«Hacer frente a las emisiones de dióxido de carbono se ha convertido en un factor de evaluación clave para la actividad empresarial. La moneda decisiva para la protección del clima es: ¿cuánto podemos reducir la huella de dióxido de carbono de los vehículos durante todo su ciclo de vida? Con este fin, nos fijamos objetivos transparentes y ambiciosos para la reducción sustancial de las emisiones de dióxido de carbono, que han sido validados por la Science Based Targets Initiative y hacen una contribución efectiva y medible».

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