Con los precios de la electricidad y combustibles de 2021, ¿merece la pena un coche eléctrico?

Las noticias sobre el récord diario del precio de la electricidad en el mercado mayorista van camino a insensibilizarnos, como otros temas de actualidad machaconamente repetidos. Sin embargo, pensando con la cartera, cabe preguntarse cuál es el impacto en el bolsillo de la escalada tanto de los precios de la electricidad como de los combustibles convencionales. ¿Merece la pena un coche eléctrico?

La respuesta corta, para los perezosos de lectura, sigue siendo «sí». El coste de la energía ha aumentado, aunque no de la misma forma. La electricidad se ve penalizada por los precios del gas natural y los derechos de emisiones de CO₂, mientras que el petróleo experimenta subidas en el barril por el aumento de demanda espoleado por la recuperación económica mundial, según la vacunación va facilitando la convivencia con el patógeno SARS-CoV-2.

Nos hacemos eco de un estudio que ha realizado la OCU, que concluye que recargar un coche eléctrico cuesta 257 euros (*) más en 2021 que el año pasado, suponiendo un gasto medio de 20 kWh/100 km y un kilometraje anual de 10.000 kilómetros. Se supone que la recarga se realiza en el caso más favorable, tarifa regulada (PVPC) durante el horario valle.

NOTA: En realidad, en la web de la OCU pone «Recargar el coche cuesta 260 euros más que en 2020», han hecho un redondeo.

La OCU demuestra con estas cuentas que recargar un coche eléctrico ha subido más del doble en un año, y que el impacto es menor en el bolsillo por los costes del combustible. No obstante, en España estamos pagando el litro de gasolina 95 a una media de 1,448 euros por litro, y el gasóleo a 1,309 euros por litro. Son los precios más altos desde 2014, y muy cercanos a los máximos históricos. Echar 50 litros implica 72,40 euros en gasolina o 65,45 euros en gasóleo.

Los lectores más aventajados de la clase se habrán percatado de que, aun considerando el peor caso analizado, recorrer 100 kilómetros con un eléctrico cuesta 4,47 euros, con el gasolina 10,06 euros, y con el diésel 7,75 euros. El coche eléctrico puede ser hasta ocho veces más barato respecto a un gasolina, pero ahora «solo» es la mitad de económico.

Ahora mismo los precios de la electricidad están en su máximo histórico, y no es un problema exclusivamente español

Si hacemos memoria, concluiremos que los precios de la electricidad son totalmente anormales y puntuales, pero que los subidones del barril sí son una cosa más habitual. La OCU también considera que las cuentas siguen saliendo a favor de un eléctrico, aunque haya una diferencia de 7.500 euros en el precio de adquisición; se amortiza, pero un poco más despacio, un año y medio más. La distancia se puede reducir si consideramos un gasto menor en gasolina o gasóleo, perfectamente posible con muchos modelos que se comercializan hoy día.

Además, si hacemos un análisis a más largo plazo, hay que recordar que el precio del gasóleo se puede igualar al de la gasolina en pocos años, según se vaya retirando al subvención en forma de menor carga de impuestos de hidrocarburos que todavía disfruta el gasóleo. Eliminada esa diferencia (el «impuesto al diésel»), los precios irán más a la par, y las cuentas con un diésel tardarán más en salir.

Se pueden introducir más variables, como hacer uso de placas solares para reducir el impacto de la factura eléctrica. En un caso ideal, es posible acumular energía solar suficiente como para recargar gratis un coche eléctrico. Lo de conseguir gasolina refinada o gasóleo conforme al estándar es un poco más complicado haciendo un taladro en el jardín hacia las entrañas terrestres, me temo que hay más complejidad en lo de volverse autosuficiente.

¿Cuánto cuesta recargar un coche eléctrico en un punto de recarga?

La OCU también ha echado un vistazo a los precios de las redes de recarga de uso público. Tanto Easy Charger como Iberdrola mantienen sus tarifas de marzo, recorrer 10.000 kilómetros de esta forma costaría 600 euros. Sí se aprecia un incremento en la red IONITY sin la tarifa PASSPORT, de 1.580 euros (0,79 €/kWh) se pasa a 1.652 euros (0,825 €/kWh). La web de IONITY aún no refleja ese incremento de precios.

La organización de consumidores recuerda que es un caso harto improbable. Fuera ya del análisis de la OCU, supongamos que sí, hay alguien que necesita recorrer 10.000 km al año con un coche eléctrico y utiliza la red IONITY. Con ese nivel de gasto merece la pena la tarifa PASSPORT, que tendría un coste anual de 215,88 euros, al que habría que sumar las recargas de 2.000 kWh a 0,35 €/kWh, otros 700 euros, por lo que «solo» serían 915,88 euros en vez de 1.652 euros.

Y haciendo la comparación de nuevo con un gasolina que se bebe 7 litros cada 100 km, que son algo más de 10 euros, usando los cargadores IONITY con la tarifa PASSPORT hablamos de 9,15 euros cada 100 km, un pelín por debajo, pero ya por encima de un diésel. Si no se aprovecha la ventaja de la tarifa para usuarios habituales, usar la red IONITY es más caro que consumir gasolina o gasóleo, antes de la subida, y con la subida.