En cierto modo, el Volkswagen Beetle fue predecesor del Porsche 911, ya que este último es una evolución extrema de lo que fue el primer Beetle de 1938 diseñado por Ferdinand Porche. Uno de los últimos ejemplares fabricados en Alemania, un Volkswagen Beetle 1303 de 1972, fue convertido a eléctrico por Electric Classic Cars hace cuatro años. Esta empresa británica se dedica a electrificar clásicos para hacerlos conducibles en el día a día sin los problemas típicos de los coches antiguos.
En este vídeo del canal de Carwow vamos a ver cómo se comporta contra un peso pesado de los deportivos de combustión interna, el Porsche 911 GT3 RS. Actualmente este Beetle tiene un motor de origen Tesla de 450 CV, si bien previamente tenía otra configuración de 600 CV. Parte de su tren rodante también es de origen Porsche, como las llantas o los frenos de un 911 996. Los dos coches son de propulsión trasera y «todo atrás».
El Beetle «teslificado» tiene una ventaja en peso de media tonelada, ya que la masa de las baterías se ha compensado con paneles de fibra de carbono. Decididamente, estamos ante un sleeper de manual, un coche que no llama demasiado la atención, pero que puede humillar a coches más potentes.
De hecho, el 911 GT3 RS tiene la ventaja de la potencia, 520 CV frente a los 450 CV del Beetle, y además el 911 transmite la potencia de forma más eficiente al asfalto. Los neumáticos son los mismos, Michelin Pilot Sport Cup 2, aptos para su utilización en circuito al ser semi slick. La prueba se ha realizado en un aeródromo de Inglaterra, ya que a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial esas instalaciones les sobran, a falta de Autobahnen.
Los más avispados ya se habrán dado cuenta de que la relación peso/potencia favorece al Beetle, 1.050 kg frente a 1.430 kg. O lo que es lo mismo, el Porsche tiene 2,75 kg/CV y el Volkswagen modificado 2,33 kg/CV. Además, hay que considerar otros factores, como la aerodinámica (el 911 es mejor), relación de transmisión, curvas de potencia, etc. En función de la prueba que se haga, la diferencia entre un coche y otro es pequeña, no siempre a favor del mismo.
Desde luego al probador de Carwow, Mat Watson, el Beetle le hizo sonreír más de lo normal, y eso es meritorio en alguien que tiene las posaderas ya peladas de conducir cientos y cientos de coches.
Si prefieres ver el vídeo antes, deja de leer ahora. En caso contrario, continúa para comerte los spoilers.
En la prueba de aceleración de cuarto de milla (402,3 metros) el Beetle sale vencedor en la segunda y tercera lanzada, ya que en la primera tuvo el problema de falta de calentamiento de neumáticos. Puntualmente las Pilot Sport Cup 2 son incapaces de trasladar al asfalto la masiva entrega de par del motor Tesla, y no pesa lo suficiente. Solventado eso, el 911 GT3 RS se ve penalizado por los cambios de marcha, los cuales el Beetle no hace, es de relación simple.
Aunque la caja de cambios DKG del 911 GT3 RS es de las más rápidas del mercado, no hay nada más rápido que el tiempo cero. El Porsche acaba imponiéndose en la media milla lanzada (804,7 metros), dada su mayor velocidad punta, pues una carrocería diseñada a finales de los años 30 del siglo pasado no tuvo muy en cuenta lo de superar la barrera de los 200 km/h. El Beetle tiene ahora 10 veces más potencia que en sus inicios.
Tampoco brilla tanto el Beetle en la prueba de frenada, donde la puesta a punto de un coche moderno -y de lo mejorcito que hay de calle- supera fácilmente la de un coche de más de 50 años (ya en 1972 era un diseño obsoleto) y con los frenos de un 911 de los años 90. Hay pocos metros de diferencia, pero la hay. El vídeo acaba con un brutal burnout de las ruedas del Beetle, que se hacen migas en solo unos segundos de acelerador a tabla con los frenos delanteros sujetando el coche.