
China y la UE negocian para que los europeos no puedan acceder a coches eléctricos baratos
Aunque resulte chocante, la Unión Europea está negociando con China para imponer unos precios mínimos a los coches eléctricos que llegan desde el gigante asiático. Un movimiento proteccionista para las empresas locales que perjudica a los consumidores, y también los objetivos de reducción de emisiones de la propia UE.

China y la Unión Europea han retomado las negociaciones para establecer un precio mínimo para los coches eléctricos fabricados en China que se venden en el mercado europeo. Así lo ha confirmado el Ministerio de Comercio chino, que asegura que los contactos se han reanudado esta semana y continuarán en los próximos días.
Según indica Reuters, desde Pekín se ha pedido a Bruselas que no negocie de forma individual con los fabricantes, sino que el diálogo se mantenga a nivel institucional. Para China, esta vía es preferible a la actual política de aranceles y permitiría resolver las diferencias mediante el diálogo, sin recurrir a medidas comerciales punitivas.
El origen del conflicto está en la decisión de la Unión Europea de aprobar, en octubre de 2024, aranceles de hasta el 45,3% a los coches eléctricos fabricados en China. Esta medida llegó tras una investigación de la Comisión Europea para determinar si los fabricantes chinos se estaban beneficiando de subvenciones consideradas injustas, lo que podría provocar un exceso de oferta y dañar a la industria europea.

China rechaza esta acusación y defiende que sus fabricantes son más competitivos que los europeos, y no dependen de ayudas públicas para ofrecer precios más bajos. Por este motivo, el Gobierno chino lleva tiempo presionando para sustituir los aranceles por un sistema de precios mínimos, que permitiría a los coches eléctricos chinos seguir llegando a Europa sin penalizaciones adicionales.
Europa es un mercado estratégico para los fabricantes chinos, especialmente en un contexto de guerra de precios y caída de márgenes en el mercado doméstico, donde la competencia es cada vez más intensa y la deflación presiona la rentabilidad.
Un portavoz del Ministerio de Comercio chino ha valorado de forma positiva que la Unión Europea haya mostrado una voluntad renovada de retomar las negociaciones y ha destacado la importancia de resolver las diferencias mediante el diálogo. Sin embargo, no se han ofrecido detalles concretos sobre el contenido de las conversaciones ni sobre posibles avances.

Por su parte, la Comisión Europea mantiene una postura prudente. Desde Bruselas se recuerda que los acuerdos de precios mínimos aplicados en el pasado se han utilizado para productos homogéneos, y no para bienes complejos como los automóviles. En este sentido, se duda de que un precio mínimo único sea suficiente para compensar el impacto de las presuntas subvenciones detectadas.
El desenlace de estas conversaciones será clave para el futuro de los coches eléctricos chinos en Europa. Si no se alcanza un acuerdo, los aranceles seguirán en vigor, encareciendo los modelos chinos. Si prospera la opción del precio mínimo, el mercado europeo podría seguir recibiendo estos coches, aunque con un suelo de precios pactado para proteger a los fabricantes locales, por lo que estaremos en la misma situación, fabricantes locales que apuestan por la combustión y los precios artificialmente inflados, mientras los modelos económicos no pueden llegar a nuestras carreteras.
Opinión
Una estrategia de esconder la cabeza debajo de la arena que no evitará que la mayor competitividad de los chinos se acabe imponiendo, y todo por culpa de una miopía galopante de unos grupos europeos que no han sabido evolucionar sus productos y han preferido gastar el dinero en bonus millonarios a sus directivos, o en lobbys para luchar contra las medidas de reducción de emisiones. Y los fabricates chinos ya están aquí, y es cuestión de meses que pongan sus fábricas locales en marcha y destrocen a los europeos.
¿Que tendrían que hacer los grupos europeos? Dejarse de perder el tiempo mareando la perdiz con la prohibición de 2035, fecha en la que el coche de combustión será residual pase lo que pase, y que se está usando solo para confundir a los consumidores y extender lo que se pueda a los motores con motor térmico, invertir de verdad en movilidad eléctrica y software, y profundizar sus relaciones con los grupos chinos, para que sean sus aliados, no sus enemigos. Ya que ellos van a controlar la cadena de suministro, si o si.


