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Cómo el hidrógeno verde puede cambiar la geopolítica de la energía en el mundo

Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) la adopción del hidrógeno verde, el producido mediante energías renovables, podría suponer un vuelco hacia un sistema energético menos dependiente de los combustibles fósiles lo que nos conduciría a un cambio en las relaciones geopolíticas en el planeta.

El informe de la agencia indica que la menor dependencia del gas y el petróleo supondrá el surgimiento de nuevas potencias energéticas. Todo gracias a la expansión de la producción de hidrógeno verde que favorecerá a aquellos mercados con mejores capacidades para su producción y exportación.

Así como los recursos de combustibles fósiles han influido durante mucho tiempo en los desarrollos geopolíticos, la última evaluación de IRENA sugiere que una emergente industria del hidrógeno podría remodelar las relaciones políticas y económicas globales, lo que tendría como consecuencia la aparición de nuevos protagonistas del mercado energético global, lo que a su vez ayudaría a remodelar los roles de los poderes actuales del mercado de la energía.

Una de las primeras conclusiones de la agencia es que con el hidrógeno, el mercado energético podría ser más democrático e inclusivo. Un vector que ofrecerá oportunidades tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo.

El informe de IRENA indica que el hidrógeno procedente de fuentes renovables podría ser un foco mucho más importante del comercio internacional si se compara con los combustibles fósiles. Para 2050, IRENA pronostica que hasta el 30% de la producción mundial de hidrógeno se comercializaría a través de las fronteras.  Una proporción mucho mayor en comparación con el gas fósil.

Las futuras referencias del hidrógeno

La pregunta es quienes tienen mayores posibilidades de convertirse en grandes exportadores de hidrógeno. Para IRENA, la lista de candidatos está formada por estados con una capacidad de producción de energía renovable que pueda exceder con mucho la demanda interna.

Entre ellos destaca a Australia, Chile, Marruecos, Arabia Saudita, Namibia y los Estados Unidos. Espacios que para la agencia están mejor posicionados para convertirse en potencias exportadoras de hidrógeno para 2050.

Como vemos, el listado está formado por actuales exportadores de energía, como Arabia Saudita o Estados Unidos, con otros como Marruecos o Namibia, que han sido hasta ahora importadores.

Según IRENA «Para estos países, una transformación hacia el hidrógeno verde representa un cambio radical, ya que un amplio potencial renovable abre nuevas posibilidades. Los países que logren convertirse en importantes exportadores de hidrógeno verde y sus derivados también ganarán en importancia geoestratégica”.

Esto nos sugiere que el nuevo modelo podría conducir a algunos estados a estrechar relaciones más sólidas y con mayores interdependencias en una economía global del hidrógeno. Países que potencialmente juegan diferentes roles en la producción y uso de hidrógeno y en la fabricación de tecnologías de hidrógeno como electrolizadores y celdas de combustible, y que tendrán que colaborar para un mutuo beneficio.

Un ejemplo de esto podrían ser Japón o Corea del Sur, futuros importadores netos de hidrógeno pero que cuentan con grandes inversiones y avanzados desarrollos en pilas de combustible y electrolizadores.

Pero sin duda el apartado más importante e interesante es el relacionado con los conflictos por los recursos. Las guerras por el petróleo podrían quedar atrás con el hidrógeno, ya que este tiene el potencial de producirse en cualquier lugar.

Desde IRENA recuerdan que los beneficios del hidrógeno dependen de que este sea producido mediante energías renovables. En caso de realizarse con combustibles fósiles, se perpetuará la dinámica negativa de los combustibles como el gas y el petróleo.

Fuente | IRENA

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