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Esta comisaría de policía compra un coche eléctrico, espera compensar su sobreprecio en 3 años, y usarlo más de 10 años

El potencial de ahorro de los coches eléctricos es un factor que muchos organismos públicos olvidan a la hora de hacer la cuentas para renovar sus flotas. Se tiene en cuenta el precio y la diferencia respecto a un modelo convencional. Pero algunos van más allá y analizan el coste total de propiedad, donde el coche eléctrico ya es mucho más competitivo, tal como han descubierto en una comisaría de policía de Estados Unidos.

El Departamento de Policía de la ciudad de Sykesville, estado de Maryland, tomó la decisión de adquirir un Tesla Model Y después de un año de estudio y comparativa de datos entre esta opción y un modelo gasolina. Un proceso donde se han estudiado aspectos como la fiabilidad mecánica, el coste y la eficacia de los los coches eléctricos que ya se utilizan en otras fuerzas policiales del país.

El resultado ha sido la compra de una unidad del Model Y, con 518 km de autonomía EPA, con el que a pesar de su mayor precio respecto a un modelo con motor de combustión habitualmente usado por el Departamento, ofrecerá grandes ahorros económicos.

Según su análisis, el Model Y cuesta unos 13.000 dólares más que el Dodge Durango. Sin embargo, los costes operativos son mucho menores en el eléctrico, tanto electricidad como mantenimiento, lo que estiman les permitirá reducir la factura en torno a los 6.000 dólares al año. Algo que si no hay sorpresas, supondrá que en tres años habrán descontado la diferencia con el modelo gasolina.

Estos son los datos publicados por los responsables del departamento:

Como podemos ver, aunque el precio de compra es más elevado, el menor coste energético y de mantenimiento permite al eléctrico compensar su mayor precio en apenas 36 meses. Y esto es muy destacable si tenemos en cuenta que los responsables del departamento de policía esperan que el coche esté en servicio al menos entre 10 y 12 años.

Esto supondría con números gruesos, y sin entrar en cuestiones como que pueda fallar algo en algún momento, que de mantener el ahorro al final de estos 10 años las autoridades habrán ahorrado unos 60.000 dólares, o más de lo que ha costado el coche. Una duración que comparan con los entre 5 y 6 años del modelo gasolina, lo que incluso puede agrandar las cifras de ahorro para el presupuesto municipal.

Podemos añadir ya puestos a hacer economía ficción, que al final de su vida el coche seguirá manteniendo una buena cuota de autonomía, por lo que podrá ser o vendido en el mercado de ocasión, o incluso de podrá mantener y extender su vida útil más allá de una década, tanto con la batería original, como sustituyéndola por una nueva si esta no cumple con los requisitos para el servicio.

Sin duda uno de los puntos más interesantes de optar por esta tecnología que nos permite evitar la culta de compra-tira-compra.

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