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Noruega también quiere introducirse en la cadena de valor de las baterías eléctricas

Tras el estallido de la pandemia de COVID, el Gobierno de Noruega creó la Plataforma Verde (Grønn plattform en su lengua) para estimular la investigación y desarrollo en la transición ecológica, logrando beneficiar a empresas e instituciones. La iniciativa se respaldó con una generosa suma, 1.000 millones de coronas, más de 99 millones de euros al cambio.

La décima parte de esa suma se ha asignado al proyecto «Materiales sostenibles para la cadena de valor de baterías» con el objetivo de establecer en Noruega una industria de baterías que sea sostenible. La cadena de valor abarcaría desde la producción de materiales para crear celdas hasta su reciclaje, pasando por la producción de celdas, mejoras en seguridad y fiabilidad, etc.

Con esta plataforma gubernamental los noruegos buscan acelerar la llegada de inversiones y aumentar sus cuantías para la futura oferta de bienes y servicios que sean sostenibles. Las empresas participantes en el proyecto ya están estableciendo su huella en el sector. Por ejemplo, Norsk Hydro produce aluminio y reciclará baterías en colaboración con la sueca Northvolt.

Materiales primarios de baterías obtenidos a través del reciclado de celdas fuera de uso

Morrow Batteries producirá celdas de batería en una gran fábrica con 32 GWh de capacidad y está asociada con otro de los miembros del proyecto, Vianode, empresa de la metalúrgica Elkem, para hacerse cargo de sus desperdicios. La mencionada subsidiaria fue creada hace menos de un año para el desarrollo y producción de materiales para ánodos de baterías.

Otra empresa que va a producir baterías a gran escala -32 GWh también- es Freyr, que anunció en octubre de 2020 un acuerdo con Siemens Energy para suministrarles celdas, y también con Elkem, que proporcionará a Freyr materiales para producir dichas celdas. Además, nos falta Corvus, que va a suministrar soluciones energéticas para barcos como baterías y pilas de combustible de hidrógeno.

La economía noruega tiene la obligación de diversificarse, ya que hay que tener en cuenta casi la mitad de las exportaciones de Noruega (el 42% en 2020) corresponden a gas natural y petróleo, ambas energías fósiles. Sin embargo, dichas exportaciones van en retroceso desde la recesión económica de 2008, tanto en su importe como en su peso -llegó a representar el 60% de sus exportaciones-, tal y como podemos ver en Norwegian Petroleum.

Todo esto va de ecología, qué duda cabe, pero obviamente también va sobre economía.

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