Stellantis tiene nuevo CEO que llega con muchos retos y marcas en caída libre

Tras casi seis meses de la tormentosa salida de Carlos Tavares, Stellantis ha anunciado finalmente a su nuevo consejero delegado: Antonio Filosa asumirá el cargo a partir del 23 de junio. El directivo italiano, hasta ahora responsable del grupo en América, llega en un momento de incertidumbre tensiones internas dentro del conglomerado automovilístico europeo.

Filosa no es un desconocido. Nacido en Nápoles, ha desarrollado una trayectoria ascendente desde su entrada en Fiat en 2018. Tras la fusión que dio lugar a Stellantis en 2021, ocupó cargos clave como máximo responsable en Sudamérica, jefe global de Jeep y, más recientemente, director de operaciones en Norteamérica. Su cercanía con los concesionarios y trabajadores estadounidenses le ha granjeado una sólida reputación, especialmente en contraste con la gestión más distante de su antecesor, Carlos Tavares.

Durante el periodo sin cabeza visible, John Elkann, presidente del consejo de administración, asumió el rol de forma provisional. La demora en el nombramiento comenzó a generar bloqueos en la toma de decisiones estratégicas, además de alimentar tensiones dentro del grupo.

Un liderazgo en tiempos de crisis: marcas en caída y desconfianza interna

El nombramiento de Filosa llega en un momento especialmente delicado para Stellantis. En Estados Unidos, su estrategia ha logrado mejorar relaciones con sindicatos y concesionarios, gracias a decisiones como el regreso de Tim Kuniskis a Ram o el nombramiento de nuevos responsables en Jeep y el área de flotas. Su estilo directo y pragmático ha sido bien recibido por el sindicado UAW, especialmente después de que revocara parcialmente los planes de despidos y recortes de inversiones heredados de Tavares.

Sin embargo, el frente europeo no pinta mejor. La situación de las marcas italianas es crítica: los sindicatos alertan de que las ventas han caído a niveles no vistos desde 1956. El relanzamiento de Lancia en Alemania ha sido suspendido indefinidamente, y los rumores sobre una posible venta de Alfa Romeo y Maserati no hacen más que alimentar la inquietud. Mientras tanto, en redes sociales crecen las voces que temen una pérdida de peso de las marcas italianas frente a las francesas dentro del grupo.

Filosa tendrá que equilibrar estas tensiones internas mientras enfrenta un entorno global cada vez más exigente, marcado por la transición al coche eléctrico, la guerra de precios y la expansión de los grupos chinos. Un mercado que exige decisiones rápidas, claras, y mayor conexión con las necesidades de los clientes.

Opinión

Y es que la estrategia multimarca de Stellantis, con prácticamente el mismo coche pero con diferente vestido, está abocado claramente al fracaso. Principalmente cuando se hace con modelos con precios muy dispares entre marcas, a pesar de ser la misma plataforma y misma configuración mecánica.

Stellantis necesita reorganizarse, reducir marcas y concentrar puntos fuertes en aquellas con una gama acorde a los gustos europeos. Y es que no tiene sentido mantener marcas como Lancia con un único modelo a la venta. Un Ypsilon que no es otra cosa que un Peugeot e-208 o un Opel Corsa-e con otro diseño, y que además apenas ha tenido repercusión mediática. Y como ejemplo sus cifras de ventas: 6 unidades matriculadas en España en todo 2024. Apenas 13 unidades en los seis primeros meses de 2025. Un desastre total.

No lo tendrá fácil el Sr. Filosa, que tendrá que darle una vuelta a la situación, y que puede aprender mucho de su asociación con la china Leapmotor, que puede servir de base para una nueva era en Stellantis que se aleje del caos que ha reinado en los últimos meses.