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Australia prepara la batería de respaldo más grande del hemisferio sur con 1.4 GWh de capacidad

Las baterías de respaldo de la red eléctrica se están convirtiendo en una poderosa herramienta para entre otras cosas, poder dar estabilidad a la red y para sacar el máximo partido de las energías renovables. Algo que en lugares como Australia, con graves problemas en su red de distribución, han comprobado y donde se han lanzado de cabeza a su adopción de forma masiva.

Como recordamos, en España por ejemplo hemos visto como hace unos días se ponía en marcha una batería de 1.7 MWh en la ciudad autónoma de Melilla, o como el mayor proyecto dentro de nuestro país llegará a los 20 MWh en un proyecto de Iberdrola en Puertollano, Ciudad Real.

Pero en Australia ya están manejando cifras de otras dimensiones. Por ejemplo, el gobierno de Nueva Gales del Sur anunció esta mañana los planes para levantar una mega instalación denominada Waratah Super Battery, que llegará a los 700 MW de potencia de salida y una capacidad de 1400 MWh. Esto son 70 veces el mayor proyecto de nuestro país.

Una de las primeras consecuencias del inicio de este proyecto será el adelantamiento del cierre de una central de carbón de 2.880 MW en 2025. Una cifra que supone adelantar en siete años su clausura.

Un cierre que desde las administraciones se ha indicado que podría causar problemas en la red, y donde esperan que la apertura de la instalación de baterías de Waratah ayude a liberar la capacidad de la red y asegurar el futuro energético del estado.

Y es que esta instalación jugará un papel clave no sólo en el almacenamiento de excedentes de las instalaciones renovables. Su utilidad irá mucho más allá y por ejemplo, ayudará a que las líneas eléctricas puedan operar a mayor capacidad. Una capacidad actualmente muy limitada por no contar con un elemento que pueda amortiguar un impacto imprevisto, como una subida de tensión de un incendio forestal o un rayo.

La nueva batería permitirá liberar esta capacidad de transmisión de reserva y utilizarla para transferir energía de forma segura a los clientes. Un trabajo como ‘amortiguador’ para la red eléctrica, que supondrá el absorber cualquier subida de tensión, manteniendo el sistema de transmisión dentro de sus límites técnicos si se produce un problema energético.

El resultado será que esta batería permitirá que fluya más energía a través de la red, desbloqueando este exceso de capacidad y proporcionando a los consumidores un suministro de energía estable, y además lograrlo de una forma rápida, limpia y sostenible, sin tener que echar mano del carbón o el gas.

Otro punto favorable para esta tecnología es la extrema velocidad de su instalación y puesto en funcionamiento. Todavía en fase de estudio previo y búsqueda de financiación, se espera que los trabajos empiecen a principios del próximo año, y su activación se realice según sus promotores «mucho antes de 2025». En total menos de 24 meses desde el inicio de los trabajos hasta su puesta en marcha.

Y si la instalamos en España

Podemos hacernos una idea de la magnitud de esta instalación, extrapolando los datos a las instalaciones en funcionamiento en España.

Por ejemplo, hace unos días hemos hablado de la puesta en marcha de una batería de respaldo en la ciudad autónoma de Melilla. Una pequeña instalación de 4 MW y 1.7 MWh que permitía ocuparse de las necesidades eléctricas de la esta ciudad de 84.000 habitantes durante 15 minutos.

Si instalásemos la batería de Australia, y teniendo en cuenta la potencia máxima de 4 MW que ofrece la actual instalación, nos daría que los 1.4 GWh permitiría cubrir las necesidades de la ciudad durante 15 días seguidos.

Esto permitiría, con una inversión leonina, que las baterías estacionarias diesen el siguiente paso más allá de su uso actual principal, la regulación y estabilización de la red, y pasasen a ser también un respaldo directo para reducir el uso de gas o carbón.

Podemos hacer otra estimación más racional. Por ejemplo, la provincia de Albacete consumió en 2020 un total de 136.170 MWh. Un 5% menos que en 2019, año pre-pandemia.

Pero tomando esta cifra como referencia, una instalación de 1.4 GWh como la que prepara Australia podría dar un respaldo al consumo de la provincia (398.000 habitantes) durante unos 3 días seguidos aprovechando al máximo la capacidad.

De nuevo, insistimos que el objetivo ahora mismo de las baterías no es cubrir el total de la demanda ya que de eso se encargan las fuentes principales, como la eólica, la de mayor peso en 2021 en España, la fotovoltaica, la hidroeléctrica o la nuclear. Pero con un sistema de baterías de respaldo y el crecimiento imparable de las renovables, podríamos eliminar de la ecuación al gas en la producción eléctrica, y sacarnos de encima un problema que acosa cada mes a las familias y empresas en forma de factura energética.

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