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Bosch y Mitsubishi se aventuran en el intercambio de baterías para flotas en China

China es uno de los principales impulsores de la electromovilidad con políticas gubernamentales que marcan el camino a los fabricantes. Esto ha supuesto una explosión en ventas y fabricación de coches eléctricos, primero para el mercado doméstico y después para exportación. También presenta grandes oportunidades para ámbitos como el intercambio de baterías.

Bosch y Mitsubishi se han interesado por una empresa china dedicada a este negocio, Blue Park Smart Energy (BPSE), que ya tiene experiencia en el intercambio de baterías para flotistas, empresas con vehículos que suelen estar ubicados en un lugar determinado haciendo labores de taxi o para alquiler por minutos -técnicamente hablando, MaaS, movilidad como servicio-.

De esta forma, los usuarios de esos vehículos eléctricos tienen una alta disponibilidad de los mismos, porque no esperan para recargar -el cambio dura pocos minutos-, y aumentan su confianza eliminando los riesgos asociados a la posesión de las baterías y beneficiándose de cualquier potencial mejora. La actividad de BPSE puede ir más allá con la colaboración de Bosch y Mitsubishi. Veamos cómo.

Para BPSE resulta fundamental para cuadrar las cuentas que las baterías duren el máximo posible, ya que cuando terminan su uso en automoción se destinan a acumuladores de energía, y cuando ya no den más de sí, se reciclarán. Aprovecharán las baterías como se hace con los cerdos, hasta los andares. Aquí entra en juego la inteligencia y los datos.

Bosch ha desarrollado una tecnología denominada Battery in the cloud, batería en la nube, para tener controlada cada unidad mediante red de datos móvil. De esta forma se puede localizar cada paquete de baterías, controlar todos sus parámetros de salud, aplicar inteligencia artificial para determinar el mejor uso, y con dicha información asesorar a los flotistas sobre mejores prácticas y optimización de costes. Además, los datos permiten predecir la vida útil de las baterías.

Por su parte, Mitsubishi aporta la capacidad de comercialización de baterías. Tanto la japonesa como Bosch pretenden eliminar poco a poco esas barreras de acceso a las flotas de coches eléctricos y que sea una posibilidad más atractiva por su menor coste total de propiedad. China es el primer paso, más adelante pueden dar el salto a otros mercados, pero en todo caso empezando con flotistas.

Estación de intercambio de baterías EVOGO

China, el país donde el intercambio de baterías se ha convertido en una realidad

El país asiático es un caso de éxito evidente para esta tecnología, aunque de forma acotada. La empresa surcoreana SK Innovation comenzó a colaborar con Blue Park Smart Energy -a su vez, subsidiaria de BAIC Group– a través de una inversión, el 13,3% de la empresa se participó a través de la filial SK Future Energy Shanghai (SKFS), lo cual se anunció a principios del año pasado. Tanto SK Innovation como BAIC Group eran viejos conocidos, en 2013 formaron una joint-venture para fabricar baterías.

El principal referente del intercambio de baterías es NIO, que realiza aproximadamente un millón de intercambios trimestrales -todo dentro de China- a los clientes con la modalidad BaaS -baterías como servicio-, que arriendan las baterías mensualmente y no pagaron por ellas al comprar un ES8, ES6 o EC6. Si lo desean, pueden alquilar baterías de mayor capacidad para viajar largas distancias.

También hay que mencionar a EVOGO, marca del negocio BaaS de CATL. Esta empresa china también comenzará realizando intercambios de baterías a flotas, pero con un enfoque más universal, Choco-SEB. Un sistema modular de baterías permitirá realizar intercambios a diferentes tipos de vehículos usando un contenedor adaptado a cada modelo, más o menos módulos según quepan o lo que necesite el cliente. La idea es muy prometedora.

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