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Mostrar el coste de la recarga en las estaciones de servicio, una forma de ver la diferencia entre coches eléctricos y de combustión

En los últimos tiempos estamos siendo testigos de una subida de los costes de la energía disparatados. Tanto combustibles como electricidad están sufriendo constantes ascensos que han situado las cifras en cuotas pocas veces vistas. Pero a pesar de esto, recargar un coche eléctrico sigue siendo mucho más barato que repostar un coche con motor de combustión, y es algo que están aprovechando algunas estaciones de servicio para mostrarlo en sus carteles.

Son varios los ejemplos que nos podemos encontrar por Europa adelante. Gasolineras que han incorporado puntos de recarga rápidos y que además buscan promocionar los mismos como una alternativa de futuro, en lugar de esconderlos en la zona más recóndita de la estación.

En estos carteles podemos ver los precios del diésel, gasolina y la carga rápida. Una energía que ha vivido con fuerza el impacto de las subidas, pero que como vemos, ha tenido mucho más efecto en los combustibles fósiles.

Es el caso de una estación de servicio situada en la localidad de Aubagne, que en su cartel de precios ha puesto el coste de la gasolina 95, 1.76 euros el litro, del diésel, 1.92 euros el litro, y también en la última fila el coste de la recarga, 0.49 euros el kWh. Si, han puesto kW, pero es un error habitual al confundirlo con la potencia que si llega a los 50 kW.

Si tomamos estos precios como referencia, y los aplicamos a un coche diésel con un consumo medio de 6 litros a los 100 km, un gasolina con un consumo de 7 litros a los 100, y un eléctrico de similares características y un consumo de unos 15 kWh a los 100 km, esto nos indicaría que el consumo cada 100 kilómetros sería con estas tarifas las siguientes en esta estación:

  • Coche diésel: 11.52 euros/100 km
  • Coche gasolina: 12.32 euros/100km
  • Coche eléctrico: 7.35 euros/100 km

Como vemos, recargar en esta estación de carga rápida y pública es un 36.2% más barato que repostar un diésel, y un 40.3% más barato que repostar un coche gasolina.

Si hacemos unas estimaciones a más largo plazo, esto supondrá que un coche que conduzca unos 15.000 km al año, y solo reposte y recargue con estas tarifas, entonces tendría los siguientes costes:

  • Coche diésel: 1.728 euros/año
  • Coche gasolina: 1.848 euros/año
  • Coche eléctrico: 1.102 euros

Esto nos indica que el propietario del coche eléctrico podrá ahorrar 626 respecto al coche diésel, y 746 euros cada año respecto al gasolina si carga/reposta a estos precios.

Por supuesto, hay que decir que mientras que los propietarios de los modelos diésel y gasolina no tendrán muchas opciones para rebajar sus costes, y solo les queda la búsqueda de gasolineras low cost y rezar para que el petróleo baje de precio, los propietarios del coche eléctrico tienen la alternativa de recargar en su vivienda o en puntos de recarga acelerados, que les permite acceder a tarifas mucho más competitivas que la recarga rápida pública. Como los 12.3 céntimos de euro el kWh que ofrece en periodo valle Gana Energía.

No hablemos ya del extremo de poder contar con una instalación fotovoltaica en su vivienda o empresa, que reduzca todavía más su coste energético.

Por supuesto, no todo son flores y vino, y para lograr ahorrar, hay que gastar. Si. La inversión en el coche supone un esfuerzo. Pero un esfuerzo cada vez más justificable desde el punto de vista económico debido tanto al aumento del precio de los carburantes, como por el incremento del precio de los vehículos provocado por la falta de componentes.

También está la «inversión» en tiempo. Y es que mientras que el propietario del coche de combustión necesita unos minutos para recuperar su autonomía, menos incluso si tiene que ir tirando del «écheme 20 euros» que no descalabre la economía del día, el coche eléctrico necesita al menos 20 minutos o media hora para recuperar buena parte de su carga.

¿Merece la pena? Pues ahí ya tiene que será cada uno el que haga números, pero ya vemos que incluso cargando en puntos rápidos y públicos, bastante más caros que los domésticos, el coste de moverse con electricidad es menor que con diésel o gasolina.

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