Durante más de 30 años, los fabricantes chinos han sido incapaces de competir con europeos, norteamericanos y japoneses en gama alta, siendo Hongqi la excepción que confirmaba la regla. Pero en la era de los coches eléctricos, y estando la industria automovilística china mucho más desarrollada, se abren nuevas oportunidades en gama alta. BYD quiere su parte del pastel.
Ahora mismo BYD se estructura entre los modelos de acceso e1, e2, e3…, seguidos de la gama Dinasty (Qin, Tang, Song, Han…), y por encima la gama Ocean (Dolphin, Seal, Frigate…). En un nivel más Premium se posiciona la gama Denza. BYD va a crecer hacia arriba con una marca de gama alta para los bolsillos más profundos de China, y la clientela potencial se mide por millones. BYD podría así facturar aún más con un volumen bajo.
Hasta la fecha, se sabía que esa marca de gama alta tendría precios a partir de 800.000 yuanes, casi 116.500 euros al cambio, y haría tope en 1,5 millones de yuanes, unos 218.500 euros. Según el noticiario chino First Financial, y en base a un chivatazo, elevarán la apuesta al millón de yuanes, más de 145.600 euros, para el «desde». Esta política de precios se debe a posicionamiento de marca, no a que las materias primas hayan subido de tarifa.
Eso será mucho más de lo que piden por su modelo más avanzado, el Denza D9 EV en edición limitada a 99 unidades, que rascará los 100.000 euros al cambio. Denza es una joint-venture con Mercedes-Benz, pero es fundamentalmente de BYD, dada su participación al 90%. La nueva marca funcionará de forma separada a nivel de ventas, servicio y postventa.
De acuerdo a la fuente, la nueva marca o línea de producto se va a presentar muy pronto, antes de que acabe el año, y en el primer trimestre de 2023 tendrá un ritmo de producción masiva de su primer modelo. Cómo no, lo más probable es que sea un SUV todoterreno, justifica mejor un precio elevado, y totalmente eléctrico. En el interior habrá que justificar la tarifa con lo mejor que tengan a su alcance en materiales, calidades y tecnología. Además de parecer exclusivo, tendrá que serlo.
No es nada descabellado que este planteamiento, el de una marca china cara, encuentre su hueco en el mercado chino, sobre todo respecto a modelos de gamas extranjeras de importación -porque no se producen en China-. A la creciente clientela con edad media y alto poder adquisitivo le importa menos el pedigrí y el estatus acumulado de las marcas más conocidas, y usando una marca específica no se lleva el estigma de anteriores modelos de baja calidad o que era simples copia y pega de los occidentales.
Además, las marcas japonesas Premium ya demostraron que se puede acceder a una clientela de mayor poder adquisitivo mediante la diferenciación con la gama generalista. Lexus (Toyota) ha sido la más exitosa, y en segundo plano están Acura (Honda) e Infiniti (Nissan). También es cierto que eso ha funcionado más en Estados Unidos que en Europa, según la marquitis funcione mejor o peor.
¿Podría llegar la nueva marca de BYD a Europa?
Seguramente en una fase inicial no sea así, y BYD prefiera labrarse una reputación en Europa con su gama generalista. Luego se puede hacer el experimento en Noruega, mercado pequeño pero de renta per cápita alta, y donde los locales no tienen preferencias por marcas propias porque no existen. Si eso funcionase, el siguiente paso lógico es atacar en los mercados alemán, sueco, danés… y otros países nórdicos.
Sea como fuere, los chinos siempre lo tienen más fácil en su mercado doméstico, donde las ventas pueden ser tales que justifiquen las cuentas de resultados aunque en otros mercados no sepan ni que existen sus modelos. La sombra de las marcas tradicionales sigue siendo muy alargada, y eso no se contrarresta de un día para otro, sobre todo en una clientela adinerada que necesita justificar el gasto de cara a los demás.