El país norteamericano suena cada vez más en las quinielas para instalaciones de Tesla. Durante el año pasado se dieron dos movimientos en el tablero. Por un lado, el alcalde de la ciudad de Markham anunció que Tesla iba a establecer unas instalaciones que producirían equipamiento industrial para la producción de celdas de batería. El fabricante no lo había hecho oficial.
Por otro lado, supimos que ejecutivos de Tesla habían tenido reuniones con autoridades de la región de Quebec en octubre para hablar sobre el papel de Canadá en la cadena de suministros de Tesla. Este país tiene tres elementos que Tesla necesita en abundancia: litio, níquel y grafito, y estaban buscando socios industriales para la extracción de minerales. Tesla era una elección obvia.
De todo lo comentado en la última junta de accionistas de Tesla, Elon Musk dijo que este año se va anunciar una nueva localización. Preguntó a la multitud reunida que dónde deberían ponerla. Después del murmullo, hizo otra pregunta: «Veo a muchos hablando de Canadá. Soy medio canadiense, ¿deberíamos?». El que sea listo, lo entenderá.
Las piezas van encajando en el puzzle. En Canadá hay recursos minerales para hacer celdas de batería. En Canadá van a tener instalaciones para fabricar lo que una gigafactoría de baterías necesita. Canadá está cerca geográficamente de Estados Unidos, desde luego más que otros proveedores (Tesla está muy al sur). Canadá está dentro de un acuerdo comercial con EEUU libre de aranceles. La madre de Musk es canadiense. Él es medio canadiense.
De esta forma, Tesla tendría una mayor capacidad de aprovisionamiento de baterías tanto para Fremont como para Giga Texas, imprescindible para la producción a gran escala de modelos de gran tamaño y necesidad de muchas baterías: Cybertruck y Semi. Para la expansión de la producción de Tesla en Norteamérica, esto resulta absolutamente fundamental.
Mientras la industria del reciclaje no pueda dar un suministro de materias primas a un ritmo suficiente, toca seguir sacando de la tierra los materiales necesarios. A raíz de la pandemia de COVID las reglas de la globalización se han reescrito, y hay reticencias a dejar sectores estratégicos en manos de China o de países lejanos donde los derechos humanos o el respeto ambiente tururú. Estaremos pendientes de lo que Tesla anuncie.