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Ahora no Permitir

Ya es oficial: Reino Unido pospone la prohibición de vender coches de gasolina y diésel a 2035 con la oposición de las marcas

Los rumores de los últimos días finalmente se han confirmado. Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido, ha anunciado que la prohibición de vender automóviles nuevos con motor de combustión interna se retrasará cinco años, siendo la nueva fecha límite 2035. Esta medida responde al nuevo enfoque que quiere adoptar el gobierno en su lucha contra el cambio climático.

A pesar de esta medida, que ha sido duramente criticada por algunos fabricantes debido a la enorme incertidumbre que genera en la industria, Sunak ha dejado claro que confía en que la mayoría de vehículos que se vendan en el país a finales de la década sean eléctricos sin necesidad de intervención estatal gracias a la reducción de costes que experimentará esta tecnología a lo largo de los próximos años.

«Vamos a facilitar la transición a los vehículos eléctricos. Todavía se podrán comprar coches y furgonetas de gasolina y diésel hasta 2035. Incluso después de eso, todavía podrás comprarlos y venderlos de segunda mano. Al menos por ahora deberías ser tú, el consumidor, quien tome esa decisión, no que el gobierno te obligue a hacerlo».

KIA, que planea lanzar hasta nueve modelos eléctricos en Reino Unido a medio plazo, ha calificado este movimiento como decepcionante. «Altera las complejas negociaciones de la cadena de suministro y la planificación de productos, al tiempo que contribuye potencialmente a la confusión de los consumidores y la industria».

Producción del MINI Hatch en Oxford

La industria advierte de que esta medida pone en riesgo inversiones claves para el sector

Lisa Brankin, directora de Ford en Reino Unido, no se queda atrás. «Esta es la mayor transformación de la industria en más de un siglo y el objetivo de Reino Unido para 2030 era un catalizador vital para acelerar a Ford hacia un futuro más limpio. Necesitamos que las políticas se centren en reforzar el mercado de vehículos eléctricos a corto plazo y apoyar a los consumidores mientras los vientos en contra son fuertes: la infraestructura sigue siendo inmadura, los aranceles acechan y el coste de vida es alto».

El malestar generalizado tras un anuncio que muchos tildan de electoralista es evidente. «Necesitamos urgentemente un marco regulatorio claro y confiable que cree certidumbre en el mercado y confianza en el consumidor, incluidos objetivos vinculantes para el despliegue de infraestructura», ha señalado un portavoz de Volkswagen.

La nota discordante la pone Toyota, que ha recibido con los brazos abiertos esta noticia, afirmando que las autoridades reconocen «que todas las tecnologías asequibles y de bajas emisiones pueden desempeñar un papel en una transición pragmática».

Fuente | Automotive News Europe

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