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¿Por qué Volkswagen ha retrasado el lanzamiento del económico ID.2? La nueva Euro7 es la respuesta

Ayer conocíamos que Volkswagen había cambiado los planes de lanzamiento para su coche eléctrico de precio razonable. Un ID.2 que debería llegar en 2025, pero que finalmente lo hará a mediados de 2026. La pregunta que muchos se hacen es la razón para dilatar su llegada, cuando la competencia incluso ha acelerado su paso. La respuesta es que el fabricante alemán prefiere seguir vendiendo durante un poco más sus coches con motor de combustión.

La idea como recordamos, era lanzar al mercado un modelo compacto, similar a un Polo, con un amplio maletero y buena habitabilidad interior. Una propuesta con hasta dos opciones para la baterías, una de 38 kWh con celdas LFP (litio-ferrofosfato) y otra de 56 kWh con celdas NCM (níquel, cobalto, manganeso). Su autonomía máxima rondará los 450 km WLTP, pudiendo cargar a una potencia máxima de 125 kW en corriente continua (10-80% en 20 minutos).

Lo mejor de todo es que su precio, que a pesar de que no será para tirar cohetes, si será bastante competitivo, siendo el objetivo arrancar en los 25.000 euros. Algo más que un Polo gasolina que en Alemania tiene un precio de unos 22.000 euros.

El objetivo también es hacer frente a los rivales europeos, como el Citroën ë-C3, Renault R5 y compañía, que llegarán entre 2024 y 2025 al mercado, y a los que podemos sumar la más que posible llegada de alternativas desde China, que completarán una oferta cada vez más atractiva en los segmentos de acceso.

Por qué se retrasa el Volkswagen ID.2

Volkswagen ID. 2all

Pero a pesar de esto, Volkswagen ha confirmado que el ID.2 se retrasará hasta mayo de 2026. Más de un año de diferencia con sus principales rivales, y una fecha en la que no olvidemos, muy probablemente Tesla tenga ya en el mercado su propuesta más económica. El Model 2, que aunque no entrará en competencia por tamaño, si se moverá en un arco de precios peligrosamente cerca.

Según el prestigioso medio alemán auto motor und sport, las razones para esta decisión no estaría en los problemas de desarrollo de la nueva plataforma que acogerá a este modelo, ni en problemas con el software. La razón simplemente será el buscar sacar más partido a sus coches diésel y gasolina que han ganado un poco de tiempo gracias a las modificaciones y la relajación de la nueva norma de emisiones Euro 7.

Una norma que hacía que fabricar coches pequeños con motor de combustión fuese más caro, lo que en la práctica los hacía desaparecer. Pero gracias a la presión de los principales fabricantes europeos, este segmento podrá extender su vida comercial ya que el elevado coste de adaptarlos al nuevo estándar de emisiones reduciría su rentabilidad.

De acuerdo con Volkswagen, adaptar el Polo a la Euro 7 original habría encarecido entre 3.000 y 5.000 euros sus precios. Algo inasumible que habría llevado a el final de su producción este año. Finalmente, tanto el Polo como su primo español, el SEAT Ibiza, se mantendrán a la venta unos años más en paralelo a sus reemplazos eléctricos, los ID.2 y CUPRA Raval.

El retraso del ID2all se produce en medio de la reestructuración de la red de producción del fabricante de automóviles en Europa por parte del jefe de la marca VW, Thomas Schaefer, para reducir costes.

A partir de ahora, sólo se planificará la producción del 80% del volumen de ventas máximo previsto de un nuevo modelo, dijo Schaefer a auto motor und sport. La planificación de producción anterior de VW incluía un colchón en caso de que la demanda fuera mayor de lo previsto.

Por ejemplo, si el departamento de ventas estimaba que venderían 150.000 unidades al año de un nuevo modelo, la producción estaba prevista en 170.000 vehículos.

Pero la falta de competitividad de sus modelos, sumado a sus elevados precios y largos plazos de espera, provocó una reducción de la demanda y con ello grandes excesos de capacidad cuando los nuevos pedidos colapsaron.

Opinión

Volkswagen está siguiendo en Europa la misma estrategia que ha seguido en China. Y los resultados todo indica que serán similares. En China las ventas de coches con motor de combustión por parte de los alemanes sigue siendo fuertes, pero su decadencia es imparable ante el empuje de los coches eléctricos. Un callejón sin salida ante el que han decidido parapetarse detrás de sus buenas cifras con los coches gasolina.

Una estrategia conservadora que todo indica llevará a Volkswagen a convertirse en una fuerza cada vez menos relevante para los compradores de las nuevas generaciones, algo que celebran tanto sus rivales más cercanos, como Renault, como sus más lejanos, los grupos chinos, que ven como el principal grupo automovilístico europeo se echa a un lado y les deja una alfombra roja para hacerse con el mercado europeo tal como lo han hecho con el chino.

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