BYD prepara una batería de 1.500V y hasta 2.500 kWh para electrificar la maquinaria industrial

Después de conquistar el transporte privado y público, ahora BYD se ha propuesto electrificar el sector industrial. Un sector con casi todo por delante por hacer, que en breve contará con una poderosa herramienta capaz de ofrecer una batería de altas capacidades para aplicaciones como el transporte pesado o la maquinaria agrícola.

Y es que, a pesar de que transformemos el transporte privado con coches eléctricos, casi todo lo que recibimos en casa o compramos en los mercados se produce o se mueve con diésel. Un potencial mercado que BYD atacará con un avanzado sistema de baterías.

Según las primeras informaciones, este sistema contará con capacidad de 400 amperios y hasta 1.500 V, con un formato «Blade» y estructural. Algo que permitirá adaptar las baterías a vehículos ya existentes y facilitar su conversión.

Estos packs usarán, como es habitual, la química LFP, y podrán contar con capacidades desde los 200 kWh, para las aplicaciones más simples, hasta los 2.500 kWh, con una potencia máxima de carga que podrá llegar a los 600 kW.

Uno de los puntos fuertes de la química usada por BYD es su larga vida útil. Algo muy importante en el transporte privado, pero clave en aplicaciones industriales donde cada euro cuenta, y donde los operadores podrán instalar unos packs con una vida útil de 7.000 ciclos.

También es crucial la capacidad para trabajar en condiciones complejas. En este caso, el sistema de BYD estará preparado para enfrentarse a prácticamente cualquier escenario, con una capacidad para funcionar de forma eficiente desde los 35 grados bajo cero hasta los 65 grados positivos gracias a un potente sistema de refrigeración.

Un modelo que comenzará su producción en 2025, y que se convertirá en realidad en la segunda generación, ya que BYD lleva produciendo, a pequeña escala, este tipo de packs en colaboración con el fabricante de equipos de maquinaria de construcción XCMG.

Gracias a esto, los operadores de maquinaria industrial tendrán a su disposición una alternativa más sostenible y de menores costes operativos para labores como maquinaria de excavación, transporte de carretera o maquinaria agrícola, que podrán reducir emisiones, pero también reducir sus facturas energéticas de forma sustancial.