De coche del año al desguace. El triste final del Jaguar i-Pace

El Jaguar I-Pace llegó para convertirse en un vehículo revolucionario, un crossover eléctrico premium adelantado a sus rivales europeos y que se alzó con el prestigioso título de Auto Mundial del Año en 2019. Con su diseño elegante y su ventaja de pionero, tenía todos los ingredientes para ser un éxito. Pero la historia ha terminado en fracaso.

De coche del año al desguace. El triste final del Jaguar i-Pace

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Publicado: 06/02/2025 12:03

Corría el año 2019 cuando Jaguar celebraba por todo lo alto un éxito. La concesión del premio a Coche del Año en Europa al i-Pace. No era para menos. Era la primera vez que la marca británica, propiedad del grupo indio Tata, conseguía este galardón, y lo hacía de la mano de un ambicioso proyecto. Pero apenas seis años después, este se puede catalogar como fracaso total, que se describe gráficamente con las fotos de un grupo de unidades del i-Pace prácticamente nuevos en un desguace.

Estas fotos virales han sido publicadas por la cuenta de Ev-newt, que muestran al menos un par de docenas de Jaguar I-Pace apilados uno junto al otro en un desguace.

Estos ejemplos parecen haber sido parte de las unidades que la marca ha recomprado a sus propietarios originales, ya que los problemas constantes hacían imposible su uso diario.

Los problemas están relacionados especialmente con la batería. Estas baterías, fabricadas por LG, son propensas a sobrecargas térmicas y pueden llegar a incendiarse. Algo que han sufrido otras marcas, como Hyundai, que han pasado su propio infierno.

Jaguar ha intentado varias correcciones de software, incluidos datos de diagnóstico para identificar celdas con riesgo de combustión, pero finalmente el fabricante británico ha tirado la toalla, ofreciendo, en algunos mercados, a los clientes interesados la recompra de su vehículo por el precio de venta.

El triste final del i-Pace es la culminación de un proyecto ambicioso, pero falto de fondos y de visión. Y es que el Jaguar eléctrico llegó con buenos ingredientes, pero ya con algunos puntos flacos, como su baja potencia de carga, 104 kW pico, que eternizaba las paradas, necesitando más de 45 minutos para llegar al 80%. Eso si la sesión empezaba, ya que el i-Pace era especialmente selectivo con la carga rápida.

Tampoco era un modelo muy eficiente, ni contaba con una batería bien «afinada». Y es que los miedos al mal rendimiento de la misma provocaron que los 90 kWh brutos de capacidad, quedasen en apenas 84 kWh útiles. Esto, sumado a su elevado consumo, le otorgó una autonomía homologada de apenas 470 km. Esa la homologada, ya que la real era bastante menos.

Un conjunto que no acompañaba tampoco en lo tecnológico, con pocas ayudas a la conducción, que le convirtieron en un modelo desfasado en poco tiempo, y además caro. Y es que el precio ha sido sin duda su gran losa.

En España, durante su lanzamiento en 2018, partía de los 79.100 euros con el acabado de acceso. Una cifra que le colocaban muy cerca del Tesla Model X, más grande, más potente, más equipado, y con mucha más autonomía. Algo que terminó por enterrar al Jaguar.

Ahora, Jaguar ha cambiado su enfoque hacia una nueva era que ha dado que hablar en todo el mundo. Y parece que quiere hacerlo con un marketing diferente, pero sin productos reales, y esperanzas de regresar de la mano de una proopuesta mucho más cara, y diferente al resto.

Así es su prototipo, el Type 00 Concept, presentado en diciembre del año pasado, que nos anticipa el lanzamiento de una berlina de cuatro puertas y unos 700 km de autonomía, que debería llegar el próximo año al mercado. Y con un poco de suerte, habrá solventado los muchos desafíos que han terminado con el i-Pace en el desguace.

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