
Europa da luz verde para que España desentierre su mayor tesoro: la nueva fiebre del oro ya está aquí
La dependencia de países como China para el suministro de materias primas críticas, esenciales para la transición energética y la digitalización, ha puesto en jaque a la Unión Europea. Consciente de esta vulnerabilidad, ha activado un plan ambicioso en el que España será vital.

La Unión Europa ha dado un paso más en la implementación de la nueva Ley de Materias Primas Críticas (CRMA, por sus siglas en inglés), publicando la ubicación de los 47 proyectos de minería asociados a la extracción del llamado oro del siglo XXI.
La buena noticia para España es que se ha convertido en un actor clave, puesto que albergará siete proyectos que contribuirán a asegurar el suministro de estos recursos vitales.
La decisión de la Unión Europea de impulsar la extracción de tierras raras en territorio comunitario no es una medida aislada, sino que se enmarca en un contexto geopolítico de creciente competencia por el control de los recursos estratégicos. ¿Por qué? La respuesta es China, que durante décadas ha dominado la producción de tierras raras, está utilizando su posición de liderazgo para fortalecer su influencia global.
A consecuencia de eso y de otros aspectos relacionados directa o indirectamente, la UE busca reducir su dependencia del gigante asiático y de países como Rusia, que también son importantes proveedores de materias primas críticas. Y es que, no en vano, la guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Europa ante posibles interrupciones en el suministro de estos recursos.

La importancia de las tierras raras para la industria europea
A raíz del auge de los dispositivos electrónicos, y más recientemente de los vehículos eléctricos, las energías renovables, la industria aeroespacial y el incremento de los presupuestos de defensa, las tierras raras se han convertido en esenciales.
Europa es consciente de que la falta de acceso a estos recursos podría tener graves consecuencias para la competitividad de la industria europea y para la consecución de los objetivos de la transición energética, por lo que ha puesto en marcha la llamada ley CRMA.
Pero, ¿qué son exactamente las tierras raras? A pesar de lo que su nombre nos sugiere, no estamos hablando de minerales exóticos, sino de 17 elementos químicos con propiedades únicas e indispensables para la fabricación de baterías de coches eléctricos, turbinas eólicas, smartphones y un sinfín de tecnologías avanzadas.
Su importancia estratégica radica en su escasez y en la concentración de su producción en unos pocos países, principalmente China, que controla el 80 % del mercado mundial. Ahora, Europa intenta explotar sus propios recursos que, aunque existentes, no están siendo explotados como podrían.
La CRMA, en vigor desde mayo de 2024, marcó un antes y un después en la política industrial europea. Su objetivo es claro: reducir la dependencia de terceros países y asegurar un suministro sostenible de materias primas críticas.
Para ello, la UE se ha fijado metas ambiciosas para 2030: cubrir al menos el 10 % de su consumo anual mediante extracción propia, el 40 % mediante procesamiento y el 25 % mediante reciclaje.
España, un tesoro mineral por explotar
Ahora, con la publicación del listado de emplazamientos elegidos para la extracción de tierras raras, queda claro que España juega un papel protagonista.
Su subsuelo alberga importantes reservas de minerales críticos, y la UE ha dado luz verde a siete proyectos que exploran todo el abanico de posibilidades: desde la extracción de litio en Cáceres y Ourense, hasta la reapertura de la mina de wolframio en Badajoz, pasando por el reciclaje de metales en Huelva.
Concretamente, los siete proyectos estratégicos españoles seleccionados por la Comisión Europea son:
- Mina de Doade (Ourense): un proyecto de extracción subterránea de litio, un mineral esencial para la industria de las baterías y, por extensión, para los vehículos eléctricos.
- Mina de Las Navas (Cáceres): una mina a cielo abierto, también para la extracción de litio, ubicada en un área de alto valor ecológico.
- Mina de La Parrilla (Cáceres): un yacimiento de wolframio, un mineral estratégico para la industria de defensa y la alta tecnología.
- Mina de Aguablanca (Badajoz): en este caso se trata de un proyecto subterráneo para la extracción de níquel, cobre, cobalto, platino, paladio y oro.
- Mina de El Moto (Ciudad Real): extracción de wolframio y oro, con un proyecto listo para construir tras 14 años de investigación.
- Proyecto CirCular (Huelva): una planta de reciclaje de metales procedentes de aparatos electrónicos en desuso, la única de su tipo en España.
- Proyecto PMR Las Cruces (Huelva y Sevilla): explotación de un nuevo yacimiento polimetálico y la construcción de la primera refinería de su tipo en el mundo.

Un impulso económico y tecnológico con garantías ambientales
Estos proyectos pueden convertirse en una buena oportunidad para impulsar la economía española a través de la creación de empleo de calidad y el posicionamiento de nuestro país como un referente en la extracción y procesamiento de materias primas críticas.
Sin embargo, hay algo en lo que la Unión Europea ha puesto especial énfasis: en que se cumplan estrictos criterios ambientales y sociales, garantizando la sostenibilidad de las operaciones y el respeto a las comunidades locales.
No en vano, la extracción de tierras raras plantea importantes desafíos ambientales y sociales. Por ello, Europa pretende garantizar que los proyectos se desarrollen de forma sostenible, minimizando el impacto ambiental y garantizando el respeto a las comunidades locales.