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El negocio de las baterías anima a Noruega a ser pionera en una práctica controvertida: la minería en aguas profundas

Uno de los países más avanzados en materia de movilidad eléctrica, Noruega, ha aprobado un proyecto de ley mediante el cual permitirá las minería en aguas profundas. El objetivo es encontrar metales preciosos y materiales vitales en la fabricación de baterías y coches eléctricos.

Noruega es líder mundial en la venta de vehículos eléctricos, gracias a que en 2022 alcanzó aproximadamente el 80 % de las ventas totales. Y, a pesar de que el Gobierno noruego ha dejado de incentivar la compra de este tipo de automóviles, los datos de 2023 han seguido siendo buenos.

El plan a medio plazo del país escandinavo pasa por prohibir la venta de automóviles con motor de combustión, híbridos e híbridos enchufables incluidos, a partir del año 2025. Pero también quiere ganar relevancia en la industria que suministra a los fabricantes de baterías y vehículos eléctricos.

Con ello en mente, ha aprobado un proyecto de ley para permitir la minería en aguas profundas a escala comercial. Será únicamente en aguas noruegas, pero supone un precedente que muchos consideran el preámbulo de una práctica generalizada en aguas de otras naciones, así como en las internacionales.

Los ecologistas se oponen

Se tiende a apoyar al vehículo eléctrico como solución de movilidad sostenible y ecológica. Pero, para que eso sea cierto en su totalidad, aún hay que avanzar mucho en aspectos como la extracción de materia prima, la fabricación y el reciclaje.

Un ejemplo de ello es la fuerte oposición que las organizaciones ecologistas han presentado ante la medida del Gobierno de Noruega. Los científicos ambientales afirman que la minería en aguas profundas podría ser devastadora para la vida marina, mientras el ejecutivo afirma que no emitirá licencia alguna mientras no se lleven a cabo más estudios ambientales.

Las baterías de iones de litio necesitan muchos minerales costosos.

Pero, ¿qué busca Noruega? Principalmente las rocas llamadas nódulos y costras que contienen minerales esenciales para la fabricación de baterías y motores eléctricos como el litio, el escandio, el cobalto y otros minerales críticos o tierras raras.

La propuesta inicial habla de explorar 280.000 metros cuadrados, es decir, un área mayor que la ocupada por el Reino Unido. De este modo, Noruega quiere reducir la dependencia actualmente existente de países como la República Democrática del Congo, que cuenta con una de las mayores reservas mundiales, pero también sufre múltiples conflictos y viola repetidamente derechos fundamentales en los lugares de trabajo.

División de opiniones entre los expertos noruegos

Walter Sognnes, cofundador de la compañía minera noruega Loke Minerals, reconoce la necesidad de una mayor comprensión de las profundidades oceánicas antes de iniciar la minería. Para ello, se prevé un extenso período de exploración y mapeo para cerrar las brechas en el conocimiento sobre el impacto ambiental.

Martin Webeler, activista de los océanos, critica la iniciativa, calificándola de «catastrófica» para el hábitat oceánico. Alega que el gobierno noruego contradice sus afirmaciones de altos estándares ambientales al ignorar los consejos científicos y sugiere que las empresas mineras deberían centrarse en prevenir daños ambientales en las operaciones existentes en lugar de abrir una nueva industria.

La decisión de Noruega hace que esta se distancie de la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, al no respaldar una prohibición temporal de la minería en el fondo marino. Además, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) advierte sobre la contaminación acústica y lumínica, así como daños al hábitat asociados con la extracción de minerales.

En noviembre, 120 legisladores de la UE instaron a Noruega a rechazar el proyecto, señalando riesgos para la biodiversidad marina y deficiencias en la evaluación de impacto. Asimismo, expertos noruegos, incluido el Instituto Noruego de Investigación Marina, cuestionan las suposiciones del gobierno y sugieren la necesidad de cinco a 10 años adicionales de investigación sobre los impactos en las especies.

Marianne Sivertsen Næss, la presidenta del Comité Permanente de Energía y Medio Ambiente que evaluó el plan original, expresó a la BBC que el gobierno noruego está adoptando un «enfoque cauteloso hacia las actividades mineras».

Mina de roca fosfórica en Noruega. Imagen: Unsplash

Según ella, actualmente no se poseen los conocimientos necesarios para extraer minerales del lecho marino de la manera requerida. La propuesta gubernamental de abrir un área de actividad permitiría a entidades privadas explorar y obtener información de las zonas en cuestión, destacando que abrir áreas no equivale a aprobar la extracción de minerales del fondo marino.

Por otro lado, Walter Sognnes comentó que el plan gubernamental atraería inversiones necesarias del sector privado para la investigación en ambientes marinos profundos. Señaló que desarrollar conocimientos sobre las profundidades oceánicas es costoso, ya que se requieren robots operativos, y estos son dispositivos caros.

Además, mencionó que las universidades tienen acceso limitado a tales herramientas. Sognnes estimó que la extracción real no comenzaría hasta principios de la década de 2030.

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