
La reacción a los aranceles de Trump que muchos esperan, Reino Unido da aire a las marcas de coches eléctricos
El Reino Unido es uno de los países más afectados por los recientes aranceles impuestos por Donald Trump a los vehículos que entren en su país. El gobierno británico ha reaccionado flexibilizando su mandato sobre los coches eléctricos.

No se habla casi de otra cosa: el anuncio de los aranceles de Donald Trump puede ser la llama que avive una guerra comercial a nivel mundial. La situación se agrava en los mercados mundiales, que ven cómo las principales Bolsas caen ante la incertidumbre económica. Los coches y las marcas son de los actores más afectados, al recibir un arancel del 25% si quieren entrar en suelo norteamericano.
Las reacciones no se han hecho esperar: España ha movilizado 14.100 millones de euros para aliviar a sus empresas afectadas, la Unión Europa promete medidas también y en el Lejano Oriente tres gigantes como China, Japón y Corea del Sur buscan asociarse y hacer su propia ‘unión’ económica. Sin embargo, nada ha sido tan firme como lo que ha hecho el gobierno británico, que se ha movido rápido con una serie de medidas comunicadas por su propio Departamento de Transporte.
En aras de proteger a los fabricantes de coches del impacto que suponen los aranceles del presidente norteamericano, los británicos han decidido flexibilizar los objetivos de electrificación que deben cumplir los fabricantes de aquí en los próximos años. El gobierno instauró un mandato de cero emisiones (ZEV) el año pasado que obliga a las marcas a vender más vehículos eléctricos a cada año que pasa y a vender un límite de vehículos que no se consideren cero emisiones.

Sin embargo, ahora se han flexibilizado dichos objetivos para aliviar la presión sobre estas compañías. Recordemos que el Reino Unido pretendía eliminar los coches de combustión de las carreteras de aquí al 2030. Ahora, las marcas tendrán más tiempo para prepararse de cara a esta eliminación gradual: del 2030 al 2035 se permitirá la venta de turismos híbridos autorrecargables e híbridos enchufables, mientras que las furgonetas de combustión podrán seguir vendiéndose.
También se modificarán y reducirán las sanciones que deberán pagar los fabricantes si no cumplen con estos objetivos de ventas, se permitirá a estos la transferencia de créditos ZEV de turismos a furgonetas y viceversa, mientras que los mecanismos de «banca y endeudamiento» implementados para el período 2024-2026 se extienden hasta finales de década. Y además, se establece una excepción para los fabricantes de coches de nicho, como Bentley, McLaren y Aston Martin, en un intento de proteger sus vehículos de lujo y la ingeniería avanzada desarrollada en las islas.
Y es que las marcas británicas exportan a los Estados Unidos, su segundo mayor mercado de exportaciones tras la Unión Europea, sobre todo vehículos de alta gama: en 2024, se enviaron al otro lado del charco vehículos por un valor de 8.862 millones de euros. «Estamos absolutamente convencidos de que este gobierno debe hacer todo lo posible para proteger a las empresas británicas», aseguró la ministra de Transporte del Reino Unido, Heidi Alexander.

Se trata de una iniciativa de urgencia del gobierno británico, casi también como reacción al anuncio hace pocos días de Jaguar Land Rover de detener sus envíos a Estados Unidos para el próximo mes a la espera de soluciones y negociaciones para variar estas nuevas condiciones comerciales. No obstante, el sector sigue pidiendo un nuevo paquete de medidas que apoyen la fabricación y la cadena de suministro de vehículos británicos.
Una región, el Reino Unido, que fue el principal mercado europeo para los coches eléctricos en 2024, por delante de Alemania. Y aun así, el 19% de ventas obtenido el mes pasado estaba lejos del 28% que proponía el mandato ZEV. Además, no hay que olvidar que solo 1 de cada 10 compradores particulares británicos compró un coche eléctrico el año pasado; el resto lo coparon las empresas y flotas.
Fuente | Reuters