
Este microcoche eléctrico de bajo coste entra en una furgoneta, y ya es todo un éxito
El Mibot de KG Motors es un microeléctrico japonés de una sola plaza que cuesta la mitad que una Nissan Sakura y ya supera las 2.000 reservas antes de comenzar su producción. Con solo 2,49 m de largo y 1,13 m de ancho, esta propuesta ultracompacta busca revolucionar la movilidad urbana con un diseño retrofuturista, 100 km de autonomía y un precio de derribo.

Mientras gigantes como Toyota y Honda siguen a medio gas con la electrificación, por ser generosos, una startup japonesa está demostrando que la revolución eléctrica urbana es posible, y además sin necesidad de apostar por costes elevados y grandes SUV. Se llama KG Motors, y su primera creación, el Mibot, que además de nombre de aspiradora, tiene una propuesta que ha conquistado a los japoneses y eso antes de comenzar su producción.
El Mibot es tan pequeño, 2.49 metros de largo y 1.13 metros de ancho (espacio para un único ocupante) que literalmente cabe dentro de una furgoneta.
Y esta es una de las claves de la gran aceptación que está logrando. Como dato llamativo, en su primer mes a la venta, este modelo acumuló más de 1.000 reservas. Y hasta el pasado mes de mayo, esa cifra ya supera las 2.250 unidades, que son más que los coches eléctricos vendidos por Toyota en Japón en todo 2024.
Una respuesta extrema al caos urbano

Japón lleva años apostando por las kei cars, esos diminutos vehículos urbanos que circulan en masa por las calles de Tokio, Osaka o Fukuoka. Pero la Mibot va aún más allá: con solo 2,49 metros de largo y 1,13 de ancho, es más estrecha que una Citroën Ami (¡23 cm menos!) y renuncia incluso a tener dos plazas. Solo tiene un asiento, porque su objetivo es muy claro: ser la solución individual definitiva para la ciudad.
Esto la convierte en un verdadero OVNI dentro del panorama japonés. No viene de Toyota, ni de Honda, ni de Nissan. Viene de un pequeño fabricante independiente con grandes ideas y aún más ambición.
Con un precio de apenas 1 millón de yenes (unos 6.100 euros), la Mibot cuesta la mitad que el Nissan Sakura, el modelo eléctrico más vendido en Japón. La diferencia de concepto es clara: donde otras marcas buscan versatilidad o imagen, KG Motors ha apostado por lo esencial y funcional, con toques de diseño que la hacen parecer un coche del futuro… pero imaginado en los años 80.
Faros redondos, formas simétricas (el frontal podría ser el trasero y viceversa), y grandes ventanales definen un diseño pensado para reducir al mínimo el coste de producción. No hay lujos, pero sí soluciones creativas.
En cuanto a prestaciones, estas están dentro de lo previsible: velocidad máxima de 60 km/h y 100 km de autonomía. Más que suficiente para desplazamientos urbanos, y perfectamente adaptada a los retos de las grandes ciudades: tráfico lento, falta de aparcamiento y necesidad de eficiencia energética.
Ya es un éxito antes de nacer

Kazunari Kusunoki, fundador de KG Motors, lo explica sin rodeos: «Ver tantos coches enormes en nuestras calles estrechas fue el detonante». Con esa reflexión nació la Mibot, y parece que no se equivocaba.
Lo más impresionante: la producción ni siquiera ha comenzado. Está prevista para octubre de 2025, con una primera serie de 300 unidades que se entregarán antes de marzo de 2026. Después llegarán 3.000 unidades, y más adelante, una producción anual de 10.000 coches.
KG Motors lo tiene claro: la primera serie se venderá a pérdida. El objetivo no es ganar dinero de inmediato, sino posicionarse como referencia en la movilidad urbana individual, un segmento que podría despegar con fuerza en los próximos años, especialmente en países con población envejecida y problemas de espacio urbano.
¿Veremos el Mibot en Europa?
Aunque todavía no hay confirmación oficial, la intención del fabricante nipón es exportar parte de la producción fuera de sus fronteras, lo que abre la puerta a que modelos como el Mibot puedan llegar a ciudades europeas donde los problemas de tráfico, emisiones y aparcamiento, le permitan hacerse un hueco.
Todo un ejemplo de que menos es más, y que con algo sencillo, bien diseñado y un precio razonable, puede tener su hueco en el mercado.