Menos horas, menos coste: Francia plantea un carné de conducir específico para coches eléctricos… y la polémica está servida

Francia vuelve a ponerse creativa a la hora de impulsar el coche eléctrico. La última idea llega desde la Unión Francesa de la Electricidad (UFE), que ha puesto sobre la mesa una propuesta tan sencilla como controvertida: crear un permiso de conducir específico para coches eléctricos, más barato y con menos horas obligatorias de formación. El objetivo es claro: facilitar el acceso a la movilidad eléctrica y, de paso, animar a más ciudadanos, sobre todo a los más jóvenes, a dar el salto al coche eléctrico.

Según la UFE, uno de los frenos habituales a la hora de comprar un coche eléctrico no es solo el precio del vehículo, sino también todo lo que rodea al proceso de acceso a la conducción. Carné, formación, costes asociados… Todo suma. Por eso, la asociación propone un permiso adaptado a las particularidades del coche eléctrico, más sencillo y rápido de obtener.

La idea no es menor. En la actualidad, obtener el permiso B tradicional exige un mínimo de 20 horas prácticas en un coche con cambio manual. La propuesta de la UFE rebaja esa cifra hasta 13 horas obligatorias, siempre que la formación se realice con un coche eléctrico. Menos horas al volante implica menos coste final para el alumno y, en teoría, una barrera de entrada más baja.

Desde la asociación defienden que el coche eléctrico, por su funcionamiento más sencillo, sin embrague ni cambio de marchas, permite una curva de aprendizaje más rápida, especialmente para conductores noveles. Bénédicte Genthon, delegada general de la UFE, lo resume como una forma de “hacer el permiso de conducir más accesible y facilitar el paso directo a un coche eléctrico”.

La propuesta no se queda ahí. La UFE también plantea ampliar el préstamo a tipo cero, actualmente destinado a financiar el carné de conducir, para que pueda utilizarse también en la adquisición del primer coche eléctrico mediante fórmulas como el alquiler a largo plazo. Un enfoque integral que busca atacar varios frentes a la vez: formación, financiación y acceso al vehículo.

Todo esto llega en un contexto en el que más de 1,3 millones de coches eléctricos ya circulan por las carreteras francesas, una cifra que no deja de crecer y que convierte al país en uno de los mercados clave en Europa para esta tecnología.

Una propuesta que no convence a todos

Como era de esperar, la idea no ha tardado en generar debate. Desde el sector de las autoescuelas hay voces muy críticas que consideran que esta simplificación no aporta nada nuevo y puede generar confusión. Algunos profesionales recuerdan que el permiso para vehículos con cambio automático ya existe desde hace años, y permite conducir tanto coches térmicos como eléctricos sin necesidad de complicarse con un carné adicional.

Para estas autoescuelas, el problema no está en el tipo de coche, sino en la formación del conductor. Reducir horas, aseguran, no debería ser la prioridad frente a la seguridad vial y la calidad del aprendizaje. Temen además que un permiso específico para coche eléctrico acabe fragmentando aún más el sistema y genere dudas entre los conductores.

Y aquí es donde surge la gran pregunta: ¿tendría sentido una iniciativa así en España? Nuestro país ya cuenta con el permiso para cambio automático, cada vez más demandado, especialmente a medida que crece la oferta de coches eléctricos. Modelos como el Tesla Model 3, el Dacia Spring, el Hyundai Kona eléctrico o el Peugeot e-208 han normalizado una conducción más sencilla, sin embrague ni marchas, muy similar a la que plantea la propuesta francesa.

Sin embargo, crear un carné específico para coche eléctrico supondría un cambio profundo en la normativa y en el modelo de formación. Podría ser una herramienta interesante para jóvenes conductores urbanos o para quienes solo contemplan el uso de un coche eléctrico, pero también plantea dudas sobre su encaje legal y práctico.