
España se queda atrás mientras Portugal se dispara en la implantación del coche eléctrico en Europa
La venta de coches eléctricos crece con fuerza en Europa, pero no en todos los países por igual. España mejora sus cifras, aunque sigue muy por detrás de sus vecinos con cifras más cercanas a los países más pobres del continente. Mientras tanto, otros mercados como Portugal sorprenden por su ritmo de adopción.

Las matriculaciones de coches eléctricos en la Unión Europea han crecido un 25,7% durante octubre respecto al mismo mes del pasado año. Es un nuevo empujón para la implantación de los eléctricos que sigue su curso, aunque muy desigual entre países.
Según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), los coches eléctricos ya suponen el 16,4% de todas las matriculaciones en lo que llevamos de 2025, frente al 13,2% del año pasado.
En total, entre enero y octubre se han matriculado 1.473.447 coches eléctricos en la UE, lo que supone más de 301.000 unidades adicionales respecto a 2024. Alemania vuelve a ser la punta de lanza con 434.600 nuevas unidades y un incremento del 39,4%, reforzando su posición como motor del cambio. También Francia e Italia aportan cifras estables, pero donde realmente se está acelerando el cambio es en países del este y sur de Europa que, hasta ahora, no figuraban en el radar.
España sube... pero no lo suficiente

A simple vista, España podría parecer un caso de éxito. Con 81.100 matriculaciones, el crecimiento ha sido del 89,7%, el más alto entre las grandes economías de la Unión. Pero el problema está en el punto de partida: venimos de cifras tan bajas que, aunque el porcentaje impresione, seguimos muy lejos del promedio europeo y muchísimo más de nuestros vecinos más pequeños.
Portugal, sin ser uno de los grandes mercados, lleva meses por encima del 20% de cuota eléctrica, y pone en evidencia el dogma de que son los países ricos los que más eléctricos compran.
Italia, por su parte, ha crecido un 26,5% y Francia se ha quedado en un tímido 5,3%. Pero el verdadero salto se está produciendo en países como Polonia, donde el crecimiento ha sido del 124,6%, con 30.641 nuevas matriculaciones. Aunque su cuota total es aún baja (6,4%), refleja un cambio de tendencia que está llevando al bloque del este a amenazar con superar a España.
Lo que más llama la atención es que países históricamente rezagados en electrificación ahora marcan el ritmo. Eslovenia ha crecido un 99,3%, Eslovaquia un 77,5%, Lituania un 62,7% y Bulgaria un 58,1%. Son cifras que no se pueden ignorar y que muestran que, con políticas coherentes y redes mínimamente funcionales, el mercado responde. Mientras tanto, en países como Croacia, Luxemburgo, Malta, Rumanía o Estonia las ventas han caído, lo que demuestra que no todo es crecimiento uniforme.

En términos generales, el mercado europeo del automóvil sigue creciendo. Las matriculaciones de todo tipo de vehículos han subido un 1,4% en lo que va de año, y los híbridos son los que más tiran del carro, con un 34,6% del mercado. Gasolina y diésel, que el año pasado sumaban el 46,3%, ahora apenas representan un 36,6%.
Los fabricantes europeos sacan partido, excepto Stellantis. Tesla en caída libre

Entre los grandes grupos, Volkswagen ha crecido un 5,1%, BMW un 6,3% y Mercedes un 2%. Renault también ha mejorado sus cifras con un 7%. En cambio, Stellantis ha retrocedido un 6%, Toyota un 5,7% y Hyundai un 4%. El caso más llamativo es el de Tesla, que ha perdido casi el 40% de sus ventas en Europa.
Por su parte BYD ha multiplicado las suyas con un crecimiento del 240%. Una señal clara de que el mapa de marcas está cambiando, y rápido, con nuevos actores que en 2026 darán mucho que hablar, como Leapmotor, que puede ayudar a maquillar algo las cifras del grupo Stellantis.
Opinión
La conclusión es evidente: la transición hacia el coche eléctrico avanza, pero no lo hace al mismo ritmo en todos los países. España, aunque mejora, sigue sin despegar con fuerza por factores como el nulo apoyo desde el sector público, incapaz de desarrollar un programa de ayudas mínimamente estable y efectivo, y con una red de carga plagada de estaciones pendientes de activar, muchas de ellas por problemas con las licencias.
Mientras tanto, Portugal y muchos de sus vecinos se colocan como referentes inesperados en un momento clave para el futuro del automóvil en Europa, con mercados como Hungría a punto de superarnos en porcentaje de ventas, lo que nos colocará todavía más en el vagón de cola. Algo que puede tener consecuencias desfavorables, como el menor atractivo de nuestro mercado para nuevas inversiones. Y es que un mercado fuerte, y un ecosistema sano, es tan interesante que solo mano de obra y energía barata.
Queda por ver qué pasa con Stellantis, que no logra remontar, y con Tesla, que a pesar de las buenas cifras en mercados concretos, como España o Noruega, está en una dinámica muy negativa con la figura de Elon Musk como sombra polémica y muy alargada que amenaza con perpetuar la crisis en Europa.


