
Porsche fracasa en su intento por publicitar el nuevo Cayenne eléctrico
Porsche ha querido impresionar al gran público con su nuevo Cayenne eléctrico. El más potente de su historia. Pero lo ha hecho con una campaña torpe en la que lo ha enfrentarlo al legendario 918 Spyder, lo que ha generado más dudas que otra cosa.

Porsche va cuesta abajo y sin frenos, y la última campaña demuestra por que. Los de Stuttgart no han tenido mejor idea que enfrentar en una prueba de aceleración a su nuevo Cayenne Turbo Electric contra todo un icono de la marca, el Porsche 918 Spyer. La respuesta ha sido casi unánime de rechazo tanto por los clientes de toda la vida, como por los nuevos que la ven absurda.
Esta versión del Cayenne es un pepino, sin duda. Cuenta con un volcánico sistema de propulsión de 630 kW de potencia (857 CV), cifra que puede alcanzar los 850 kW (1.156 CV) en modo Overboost. Sobre el papel, las cifras son espectaculares. Y sí, acelerando de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, este bicho de 2.645 kilos es más rápido que la mayoría de deportivos. Pero Porsche no ha querido compararlo con “la mayoría”, sino con uno de sus mitos: el 918 Spyder.
Aquí es donde llegan las decepciones. Porque aunque el Cayenne arranca más rápido en la primera parte del duelo, el prueba hasta los 100 km/h, no hay ninguna sorpresa. El Cayenne Turbo Electric supera al Porsche 918 Spyder.

Pero el enfrentamiento, con Mark Webber al volante, ex-piloto de F1 y embajador de la marca, da un giro cuando el test se estira hasta los 200 km/h. Ahí el Porsche 918 Spyder consigue para el crono en 7,3 segundos, mientras que el Turbo Electric se queda en 7,4 segundos.
Un test que no termina de convencer ni a los más acérrimos fans de la marca. Y si el objetivo era atraer nuevos clientes, esta comparativa no ayuda mucho: los que buscan emoción pura se sienten más identificados con un deportivo clásico que con un SUV cargado de tecnología y kilos.
Y quienes llegaban curiosos desde el mundo eléctrico, probablemente no entienden por qué Porsche intenta justificar su avance comparándose con el pasado, un coche lanzado en 2013, en lugar de mirar de frente al futuro y enfrentarse a rivales más cercanos, como el Tesla Model X Plaid o el Xiaomi YU7 GT. Pero claro, estos cuestan dos o tres veces menos.
Un Porsche Cayenne que huele a fracaso absoluto, tanto por su diseño insulso, su falta de imaginación en el interior, como sus prestaciones discretas, algo que no ayuda un marketing que está claro está totalmente desfasado.


