Europa quiso frenar a China con aranceles, la respuesta es una inundación de coches de combustión

La Unión Europea quiso frenar la llegada de coches eléctricos chinos económicos, y lo hizo con fuertes barreras comerciales. Unas medidas que han tenido un efecto indeseado y es la apuesta de China por la exportaci

Europa quiso frenar a China con aranceles, la respuesta es una inundación de coches de combustión
DFSK E5

Publicado: 19/08/2025 12:22

En 2024, la Comisión Europea intentó frenar la entrada masiva de coches eléctricos chinos con aranceles de hasta el 45%, buscando de esta forma proteger la industria local frente a lo que consideran una competencia desleal. Pero, lejos de disuadir a los fabricantes asiáticos, la medida ha tenido un efecto colateral inesperado: un desplome de las importaciones de coches eléctricos y una explosión en la llegada de modelos híbridos e híbridos enchufables de origen chino, muchos de ellos con altas emisiones contaminantes.

Según datos de Dataforce citados por el diario alemán Handelsblatt, las matriculaciones de híbridos enchufables de fabricantes chinos como BYD se han disparado un 17.000% durante el primer semestre de 2025. La explicación es tan sencilla como absurda: mientras los coches eléctricos están gravados con los nuevos aranceles, los híbridos enchufables siguen exentos de estas medidas. Esto ha abierto la puerta a una estrategia agresiva por parte de las marcas chinas, que están inundando el mercado europeo con vehículos de este tipo, aprovechando su posición competitiva en precio.

La reacción del sector no se ha hecho esperar. Aunque la Comisión Europea reconoce el problema, por el momento no contempla extender los aranceles a los híbridos enchufables, o reducir el de los eléctricos. Este vacío legal ha permitido a las marcas adaptar su oferta a gran velocidad, sustituyendo buena parte de su cuota de eléctricos por modelos menos eficientes pero más rentables a corto plazo.

Jaecoo 7 FCE
Jaecoo 7

El fenómeno plantea interrogantes importantes en el plano ambiental. Muchos de estos híbridos enchufables llegan con autonomías eléctricas muy limitadas, como los 64 km WLTP del DFSK E5, además de unas emisiones superiores a las de los modelos europeos equivalentes. En la práctica, están reemplazando coches eléctricos cero emisiones por alternativas que, si bien etiquetadas como “electrificadas”, apenas reducen el impacto climático si no se recargan con regularidad. Y por desgracia, las estadísticas dicen que esto no suele pasar.

Mientras los híbridos enchufables chinos ganan terreno, los fabricantes ya están moviendo ficha para evitar los aranceles también en el segmento eléctrico. Varias marcas del gigante asiático están en plena construcción de fábricas dentro de la Unión Europea, lo que les permitirá esquivar completamente los aranceles a partir de 2026.

El resultado será que se habrán hecho con el mercado de los híbridos e híbridos enchufables, y ahora también lo harán con buena parte del pastel de los eléctricos. Algo que deja a los grupos europeos en una posición delicada a corto plazo. Precisamente el objetivo de los aranceles, protegerlos, y como vemos no está sirviendo de nada.

byd seal u
BYD Seal U

Esto sentará las bases para lo que algunos analistas ya describen como un inminente priskrig en el sector de los coches enchufables. Con una importación creciente de híbridos y una producción local de coches eléctricos en aumento, la competencia en precios se intensificará en los próximos años, lo que supondrá presión añadida a unos grupos occidentales incapaces de reaccionar y dejándolo todo en mano de las barreras de la UE.

La paradoja es clara: lo que comenzó como una medida para frenar la entrada de coches chinos ha acabado por alterar el equilibrio del mercado en favor de los híbridos chinos, muchos de los cuales ni siquiera cumplen con los estándares de eficiencia que se promueven desde Bruselas.

El resultado es que además de frenar los objetivos de reducción de emisiones de Europa, la Comisión Europea ha servido en bandeja de plata el mercado a los grupos asiáticos, lo que pone todavía más difícil la situación a unos europeos que no logran dar con la tecla de la nueva era eléctrica.

Fuente | Handelsblatt

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