Europa duda, España y Francia responden: el coche eléctrico primero

Las presiones desde el sector automotriz y político en Alemania han tenido el peso suficiente para que Europa se plantee corregir los planes de prohibición de los motores térmicos en 2035. Esta es la postura de España y Francia.

Europa duda, España y Francia responden: el coche eléctrico primero
España y Francia se posicionan a favor del coche eléctrico ante los bandazos de Europa de los últimos días.

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Publicado: 04/12/2025 09:14

La Comisión Europea debería de anunciar el próximo 10 de diciembre un nuevo plan para acelerar la transición hacia el vehículo eléctrico. Las últimas declaraciones del comisario de transporte han caído como una "bomba" en el sector automovilístico, al decir que se corregiría la negativa a vender coches con motor de combustión a partir del 2035, siempre que se alimenten con combustibles sintéticos o biocombustibles.

Todo esto se produce tras las presiones recientes desde el gobierno alemán, que envió recientemente una carta a la presidenta de la Comisión instándole a flexibilizar el camino de los vehículos de combustión. Los fabricantes y representantes de la industria también reclamaban cambios, y al final parece que lo van a conseguir.

¿Es esta una postura compartida por todos en Europa? Está claro que no. Aunque muchos de los políticos verán estos cambios como una forma de salvaguardar la industria del automóvil en Europa, mientras que el vehículo eléctrico no termina por despegar de forma igualitaria, desde países como España o Francia inciden en algo importante: no se deben abandonar los esfuerzos por el coche eléctrico.

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Pedro Sánchez se mostró a favor de no perder el camino europeo con el coche eléctrico.

Entre enero y octubre de 2025, el peso de los coches eléctricos era de tan solo el 8,5% en España, mientras que en nuestro país vecino 18,8%. No obstante, desde ambos gobiernos tienen claro que el camino a seguir va de la mano no solo del coche eléctrico, también de la fabricación local. Así lo dejó claro el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, durante la presentación del Plan Auto 2030, con el que se establecen nuevas ayudas para la venta de coches eléctricos en nuestro país y para la instalación de puntos eléctricos.

«La electrificación del automóvil ha llegado para quedarse, se trata de que ganemos todos con ella. Hoy, tener coche ya no es un signo de clase, pero comprarse un coche eléctrico supone, para muchas familias, una importante inversión inicial. A larga, merece la pena por el ahorro en combustible y mantenimiento y por un aire más limpio en nuestras calles. Debemos pisar el acelerador del coche eléctrico», dijo el presidente español.

En realidad, parte del Plan Auto 2030 presentado ayer iba en línea con el mensaje que Francia también quería transmitir a través de sus políticos. El plan de ayudas español apuesta por realizar más inversión, con más fondos para el PERTE VEC, que impulsen la fabricación de baterías y componentes, así como promover la innovación en este campo y atraer inversión. El objetivo es que España «fabrique coches eléctricos tan competitivos como permite nuestro talento y lo suficientemente económicos como para que los españoles se los puedan permitir», remató el presidente español.

Por su parte, los ministros de Industria y Transición Ecológica en Francia, han pedido a Europa que priorice la producción europea de coches eléctricos y de componentes por encima del resto. Un «enfoque europeo» que proteja toda la industria europea, especialmente la de los proveedores: «No se trata de cerrar el mercado, sino de restablecer la igualdad de condiciones frente a la competencia desleal extraeuropea». Algo que, por cierto, ya se trató de hacer con los aranceles proteccionistas contra los coches eléctricos chinos.

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Francia ha apostado estos años por los incentivos a la compra de coches eléctricos y el bono social para familias sin recursos.

Francia se ha mostrado siempre a favor en este sentido: sus ayudas públicas para comprar coches eléctricos han dejado fuera de la ecuación a vehículos que, precisamente, no cumplían con un mínimo de producción local. Lo que piden los políticos galos es un «trato preferente» para los que decidan fabricar en Europa, de la misma forma a la hora de revisar la normativa sobre emisiones de CO2.

«Queremos una Europa baja en carbono, pero también una Europa que innove y produzca. Asumir una preferencia europea significa hacer que la transición sea posible, aceptable y accesible. Europa debe enviar una señal clara en favor de nuestra soberanía industrial: producir aquí debe volver a ser una ventaja», dijeron los ministros franceses.

Básicamente, lo que piden desde nuestro país vecino es que los criterios europeos de preferencia vayan a favor de fabricar en Europa una parte significativa de lo que se considera el valor añadido del coche eléctrico y sus componentes estratégicos: batería, motores y electrónica. Traducido: puede darse cierta flexibilidad en cuanto a la neutralidad tecnológica y los objetivos del 2035, pero siempre que los incentivos financieros y en materia regulatoria vayan en favor de los fabricantes que decidan producir en Europa.

En este sentido, Francia se muestra a favor de lo que apunta a hacerse una realidad el próximo 10 de diciembre: la creación de la categoría de los "E-Cars" en Europa, que debería favorecer la fabricación de coches eléctricos asequibles. Además, los ministros franceses han solicitado que se flexibilicen también los objetivos de emisiones de CO2 y venta de los vehículos industriales ligeros, y que estos planes se adapten a la realidad de mercado.

Fuente | Moncloa / Bloomberg

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