Esta red de supermercados tiene más puntos de recarga que algunos países de Europa

La Unión Europea no llegará a su objetivo de puntos de carga en 2030 si no acelera el despliegue. Una expansión muy irregular según los países, y donde destaca el trabajo que está realizando la cadena de supermercado alemana Lidl, que ya opera más cargadores que algunos estados en su totalidad.

Esta red de supermercados tiene más puntos de recarga que algunos países de Europa
Punto de recarga

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Publicado: 23/10/2025 15:42

El despliegue de infraestructura de carga para coches eléctricos en Europa sigue sin ritmo suficiente para alcanzar los objetivos marcados por la Comisión Europea. A cinco años del horizonte 2030, las cifras evidencian un desfase preocupante. Según una reciente investigación elaborada por Motointegrator y DataPulse Research, basada en datos de la base TEN-Tec de la UE, actualmente hay en la UE-27 alrededor de 910.000 puntos de recarga públicos. Esta cifra supone apenas un 26% del objetivo de 3,5 millones que se estableció para final de década.

Este objetivo fue fijado en 2021 dentro del paquete "Fit for 55" y la estrategia de movilidad sostenible presentada en diciembre de 2020. Pero si se mantiene el ritmo actual de unas 150.000 nuevas instalaciones anuales, se alcanzarán solo 1,7 millones en 2030. Para cumplir con el plan, harían falta unas 520.000 nuevas estaciones por año.

En este contexto, el papel de los actores privados adquiere una importancia crucial. Es el caso de la cadena de supermercados Lidl, que ha logrado implantar una red de 8.885 puntos de recarga repartidos por toda Europa. Para ponerlo en perspectiva: esta cifra supera toda la infraestructura instalada en países como Irlanda o Eslovenia.

Esto demuestra que el comercio minorista empieza a rivalizar con las iniciativas públicas, convirtiéndose en un elemento clave para cubrir los vacíos del sistema europeo de recarga. Supermercados y grandes superficies están transformándose en nodos energéticos con impacto directo en la capilaridad del sistema y siendo la segunda fuerza después de las redes de carga privadas.

Distancias críticas, poca potencia y regulación insuficiente

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No se trata solo de cantidad, sino también de calidad y distribución. La investigación advierte sobre importantes zonas de sombra en el mapa europeo. En regiones como el norte de Escandinavia, áreas del centro de Alemania, el interior de Francia o la España vaciada, pueden encontrarse distancias superiores a 40 kilómetros entre dos puntos de recarga. Esta cifra se identifica como una “brecha práctica”: zonas en las que recargar ya no es solo incómodo, sino directamente problemático para el conductor.

Frente a ello, el reglamento europeo AFIR (2023/1804), que entró en vigor el 13 de abril de 2024, fija una distancia máxima de 60 kilómetros entre estaciones de carga rápida (≥150 kW) en las principales vías del sistema TEN-T. Para camiones y autobuses, la distancia es también de 60 kilómetros en el núcleo de la red y de 100 kilómetros en el resto.

La diferencia entre los 40 kilómetros de la investigación y los 60 kilómetros que marca la regulación se debe a una cuestión de enfoque: mientras que AFIR establece requisitos técnicos mínimos en corredores estratégicos, el informe apunta a las necesidades reales de los conductores, especialmente fuera de las grandes rutas.

Este supermercado es el sorprendente líder en instalación de puntos de recarga en Europa

Además, el porcentaje de estaciones de carga rápida (HPC) sigue siendo muy bajo. Según el informe, apenas representan menos del 10% del total. Países como Países Bajos cuentan con una alta densidad de puntos de recarga, pero su proporción de HPC es baja. Noruega, aunque fuera del marco comunitario, destaca por su alto nivel de carga rápida. Alemania, por su parte, se queda en un punto medio tanto en densidad como en potencia.

Desde la entrada en vigor del reglamento AFIR, se han establecido estándares mínimos que buscan mejorar la experiencia del usuario. Entre ellos: precios claros, disponibilidad de pago ad hoc sin necesidad de contratos previos y obligatoriedad de aceptar tarjetas de débito o crédito directamente en el punto de carga. Esto debería evitar situaciones como el cobro de tarifas poco transparentes o la imposibilidad de pagar si no se dispone de una app específica.

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Otra dificultad es la disparidad de cifras según la fuente. Mientras el estudio habla de 910.000 puntos en la UE-27, otras estadísticas que engloban toda Europa —incluyendo países no comunitarios— superan ya el millón. La diferencia radica tanto en la fecha de corte como en los países considerados.

La conclusión es que la Unión Europea no alcanzará sus objetivos sin un cambio de ritmo en la instalación de puntos de recarga. Es necesario multiplicar por más de tres la velocidad de implantación actual y reforzar, al mismo tiempo, la red de carga rápida y la cobertura en zonas rurales o poco densamente pobladas. La brecha entre la planificación institucional y la realidad sobre el terreno deja claro que aún queda un largo camino para que la movilidad eléctrica funcione sin fricciones.

Un camino donde el sector público tiene mucho que hacer, empujando a las empresas distribuidoras a acelerar los plazos de conexión de las estaciones, así como también acelerar los procesos de concesión de permisos por parte de las autoridades regionales o locales, donde muchas veces las estaciones se quedan estancadas durante meses sin una razón clara.

Fuente | Motointegrator

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