Algunos de los protagonistas de la industria de la automoción están apostando muy fuerte por los coches impulsados por una pila de combustible de hidrógeno, una apuesta que choca con la opinión de la mayor parte de los consumidores que se muestran recelosos de un sistema que le recuerda al que han estado atados durante más de un siglo.
Hyundai, Daimler, Honda o Toyota son los principales promotores de los coches a hidrógeno, unos vehículos capaces de recorrer cientos de kilómetros con cada depósito, y repostar en poco más de lo que le lleva a un coche con motor de combustión interna, todo usando el elemento más abundante de la tierra, algo que para los fabricantes son motivos suficientes para apoyar con grandes inversiones el desarrollo de una tecnología que tiene en el año 2015 la fecha para su desembarco.
Hyundai es uno de los máximos exponentes del apoyo incondicional de la industria a la tecnología de la pila de combustible, ya que además de anunciar el lanzamiento este mismo año de los primeros programas de leasing de su iX35, ha afirmado que serán los primeros en poner su modelo a la venta, y todo sin un sólo coche eléctrico por batería en cartera, una apuesta muy arriesgada por una única tecnología.
Daimler por su parte ha decidido dividir riesgos, y sus infinitas posibilidades económicas le ha permitido desarrollar un programa de coches eléctricos, con el pequeño Smart como primer representante, pero sin renunciar a un posible éxito de la tecnología del hidrógeno, una estrategia similar a la adoptada por Toyota, que ha apostado por los híbridos e híbridos enchufables antes que en los eléctrico, y que también espera ser de los primeros en poner un modelo a hidrógeno en el mercado.
Pero la pregunta que los expertos se hacen es, si marcas como Toyota, Honda o Hyundai no han lanzado un coche eléctrico por una supuesta falta de interés por parte del consumidor, ¿como es que si lanzarán un modelo a hidrógeno siendo esta tecnología incluso más costosa y todavía más desconocida para el mismo comprador? a lo que tenemos que sumar el elevado coste de la construcción de una red de abastecimiento, se estima que 1 millón de euros cada una, una importante inversión que veremos quién se atreve a afrontar sin coches en las carreteras y que choca con los pocos miles de euros que cuesta la instalación de un punto de recarga.
Ante este panorama el director general del programa de pila de combustible de Hyundai, el Sr Byung Ki Ahn aclara que su intención no es crear un producto que compita con los coches eléctricos con batería, si no desarrollar un producto capaz de ofrecer una alternativa a los vehículos pesados y medianos, mientras que las baterías servirán para propulsar vehículos más compactos.
Al miso tiempo el Sr Byung Ki Ahn se niega a aclarar cual es el coste de la fabricación del iX35 a hidrógeno, que se estima llegará al mercado por un precio de unos 50.000 euros, un precio donde Hyundai perderá mucho dinero por cada unidad vendida, lo que unido a la evolución y bajada de precio de las baterías no pinta un futuro muy bueno para las pilas de combustible, por lo menos en el sector del transporte privado.
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Fuente | CNN
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