Nissan no confirma, ni desmiente, su paso atrás en la fabricación de baterías
Todas las señales indican una dirección, pero de momento el fabricante japonés se niega a confirmarlo. Esta semana hemos visto como saltaba el rumor de que Nissan podría cerrar las dos plantas de fabricación de baterías fuera de Japón. Unas instalaciones, situadas en Estados Unidos e Inglaterra, que sufren una demanda muy por debajo de su capacidad de producción.
Dos problemas que acechan a estas instalaciones. La primera es la económica. Producir baterías sólo para un modelo, ahora dos con la e-NV200, no parece la mejor forma de alcanzar una economía de escala mínima. A medio plazo incluso fabricantes como Tesla planean una línea de tres o cuatro eléctricos, a lo que Tesla añade otros usos para sus baterías, como el sector de las energías renovables a nivel residencial mediante la empresa Solar City, también de Elon Musk.
El propio Carlos Ghosn, presidente del grupo Renault-Nissan, aseguró que el objetivo era alcanzar un precio de 200 dólares el kWh. Un coste que determinará si AESC continúa fabricando baterías para el LEAF, o Nissan cambia de suministrador.
Hay otro problema, y tal vez el más importante. La capacidad de producción antes o después se podría lograr cubrir, ya sea ampliando la familia de eléctricos, o llegando a acuerdos con otros fabricantes. Pero la cuestión es que las baterías de Nissan no han logrado un rendimiento satisfactorio, lo que ha dado como resultado degradaciones de baterías prematuras. Una tarjeta de presentación no demasiado buena si quieres vender la tecnología a terceros fabricantes.
Si a esto le sumamos que el suministrador de una de tus marcas, LG, cuenta con una tecnología superior, y además más económica, todo hace indicar que Nissan camina irremediablemente hacia un acuerdo con los coreano para que además de Renault, suministre baterías a la siguiente generación del Nissan LEAF.
Según Rachel Konrad, directora de comunicaciones y marketing de Renault-Nissan, la alianza continúa 100% comprometida con su programa líder de coches eléctricos. Un compromiso que para poder seguir su ruta, es más que probable que sufra algunos cambios importantes, como es precisamente el relacionado con la fabricación de baterías, que pasaría a ser un elemento diseñado y fabricado por un suministrador externo, y ensamblado por la propia Nissan.
Bollore
Y entre todo este lío, ha aparecido un acuerdo entre Renault y la empresa francesa Bollore para la fabricación de un modelo eléctrico, y para explorar nuevas vías para el desarrollo de nuevos eléctricos. Un fabricante especializado en el desarrollo de unas baterías de Litio Metal Polímero (LMP) que ahora mismo ocupan los bajos del modelo usado para el programa de car sharing de ciudades como París.
Unas baterías fabricadas en suelo francés, capaces de almacenar más energía que las baterías de iones de litio tradicionales, y lo que es más importante para Nissan, con una vida útil garantizada de más de 400.000 kilómetros. Una batería que por otro lado parece diseñada para los sistemas de car sharing, y dada su complejidad, como la necesidad de funcionar a una temperatura determinada, la pueden hacer difícil para el uso particular, pero que puede servir a la alianza para presionar a LG, y lograr precios más competitivos.
Fuente | Autonews