Muy interesante el artículo publicado en la revista Oilprice.com, donde se hace una repaso a la actualidad de la producción de uno de los elementos más importantes de la batería de un coche eléctrico, el litio.
Según este artículo, en estos momento la producción de litio está centrada en países como Argentina, Chile, Bolivia, Australia y China…pero curiosamente uno de los espacios que podrían convertirse en uno de los próximos lugares de referencia en la extracción de litio están justo al lado de la fábrica de Tesla, en Nevada.
Su situación entonces podría haber estado decidida desde hace tiempo, y no estar basada sólo en las ayudas públicas que los diferentes estados han ofrecido a Tesla para albergar su mega instalación. La disponibilidad cercana y rápida de carbonato de litio podría ser también una poderosa razón para seleccionar la actual localización.
Según los expertos, sólo durante su arranque la gigafábrica de Tesla necesitará unas 15.000 toneladas de litio al año. Una cifra que crecerá según lo haga un mercado que este mismo informe indica que verá aumentadas sus cifras en torno a un 20% cada año. Por eso la necesidad de una situación estratégica que permita un suministro rápido y que reduzca los costes de transporte y aranceles.
Es por eso que varias empresas mineras se han puesto manos a la obra adquiriendo grandes terrenos donde explotar el litio. Nombres como Bacanora Minerals, British Rare Earth Minerals o Dajin Resources, entre otras muchas, están colocando lo que según los expertos es la primera piedra de una revolución económica y tecnológica, que permitirá a los Estados Unidos lograr reducir su dependencia energética como para no depender exclusivamente de la producción foránea.[blocktext align=»center»]Toyota empieza la producción a gran escala de litio en su planta de Argentina [/blocktext]
Pero tal vez lo más interesante de este informe, es que la gigafábrica de Tesla será sólo la punta del iceberg de una explosión industrial en la fabricación de baterías para coches eléctricos.
Una explosión comercial e industrial que tendrá efectos secundarios en otros sectores, como el de las energías renovables, que verán como los sistemas de almacenamiento bajan de precio de forma drástica en los próximos cinco años.
Vía | Oilprice
