El vicepresidente de Nigeria avisa del peligro del coche eléctrico para los países productores de petróleo
El vicepresidente de Nigeria, Yemi Osinbajo, ha publicado una carta indicando la necesidad de su país de encaminarse hacía una diversificación de una economía fuertemente dependiente del petróleo, y que sufrirá el impacto de una reducción de demanda por la expansión del coche eléctrico.
Para el político nigeriano, el principal problema puede venir de sus mayores clientes, los estados asiáticos, donde la movilidad eléctrica se está extendiendo con mucha fuerza gracias en parte al impulso público. Un mercado donde estima que los coches eléctricos desplazarán un consumo de unos 2 millones de barriles al día en 2023. Una cifra que compara con la caída de los ingresos en el 2014 por causa de la guerra comercial de Arabia Saudí.
Según el Sr Osinbajo «Nuestra dependencia del petróleo simplemente no puede continuar. Con el paso de los años, el petróleo se está volviendo menos importante. Los coches son los mayores consumidores de gasolina, pero la tecnología está cambiando eso. Si nos fijamos en lo que está sucediendo hoy, el nacimiento del coche eléctrico nos muestra que nos guste o no, es posible que no dependamos del petróleo por mucho más tiempo.»
Y es que las noticias para Nigeria y aquellos que tienen en Asia su principal mercado son realmente preocupantes. El pasado año este mercado ha crecido en conjunto por encima del 60%. Japón ya tiene más puntos de recarga que estaciones de repostaje, y China ha logrado alcanzar en octubre las mismas ventas que en todo 2015.
Todo esto a las puertas de la llegada de la nueva generación de coches y baterías. Una nueva generación que elevará las autonomías, esperamos que empezará a bajar precios, lo que abrirá todavía más el arco de clientes susceptibles de dar el paso hacía los modelos eléctricos.
Según Bloomberg, para 2040 un coche eléctrico medio estará por debajo de los 20.000 dólares, y la cuota de mercado puede llegar al 35% en todo el mundo.
A todo esto se suman las nuevas normativas sobre emisiones que Estados Unidos y Europa pondrán en marca en los próximos dos y tres años. Normativas que no sólo incentivarán la inversión en modelos eléctricos, sino que también empujarán la eficiencia de los modelos convencionales y que provocarán un descenso de la demanda de petróleo.
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Vía | Guardian