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Ahora no Permitir

No tener garaje todavía es un impedimento a la hora de comprar un coche eléctrico

Uno de los mayores impedimentos a los que se enfrenta una persona a la hora de adquirir un coche eléctrico es la clara falta infraestructura de recarga existente actualmente. Esto hace que los viajes de media y larga distancia sean complicados, y además es uno de los motivos del conocido como range anxiety.

Los que en peor situación se ven son aquellos que no disponen de un garaje propio para cargar su vehículo. Actualmente incluso si tienes una plaza en un garaje comunitario puedes instalar un punto de carga (recordemos que sólo hay que avisar a la comunidad de vecinos, no pedir su permiso), lo que facilita la carga del coche por las noches.

La picaresca española también llega a Car2go y emov. Hay quien aparca el coche en su propio garaje

En países como Estados Unidos, con predominancia de las casas unifamiliares con garaje propio, esto no es un problema demasiado grave. Sin embargo, en Europa existe una cantidad muy superior de pisos, muchos de ellos antiguos y sin garaje comunitario.

Existen varias posibles soluciones para esta situación, si bien la mayoría dependen del interés de los gobiernos de los distintos países para poder llevarse a cabo. Esto implicará que en regiones como Noruega o California, gracias a la implicación estatal con el coche eléctrico, dichas medidas se tomen rápidamente, mientras que en otras como España nos vaya a tocar esperar sentados viendo la pasividad de nuestros dirigentes.

La primera de todas, es la instalación de estaciones de recarga rápida en las ciudad, con capacidad para suministrar electricidad a numerosos vehículos a la vez y de forma rápida. Una suerte de gasolinera moderna, en la que gracias a la alta potencia los coches se podrían recargar en pocos minutos.

Otra medida interesante es la inclusión de tomas de carga en los aparcamientos de los lugares de trabajo, algo que podría conseguirse mediante la subvención estatal para que las empresas se animen a dar el salto y ofrecer a sus trabajadores la oportunidad de usar un coche eléctrico y de cargarlo mientras realizan sus labores.

Por supuesto, no podemos olvidarnos de las tomas de carga lentas y semi-rápidas en la vía pública. Por ejemplo, en Alemania se han comenzado a transformar farolas en puntos de carga. Al haber tantas farolas en la vía pública, se podrían cargar numerosos coches aparcados en la calle por las noches, permitiendo a los dueños disponer de la autonomía completa a la mañana siguiente.

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Fuente | San Francisco Chronicle

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