Los ejecutivos no creen en los coches electricos

Ya sabemos todos que en general y con alguna honrosa excepción, como Nissan y Renault y otros fabricantes independientes de vehículos puramente eléctricos como Tesla, la fe de los fabricantes en los vehículos eléctricos no es precisamente abrumadora.

En una reunión reciente de ejecutivos de varias industrias punteras en Nueva York muchos expresaban su preocupación diciendo que los eléctricos «No están listos para el gran público». Poca autonomía, largos tiempos de carga, precios altos y grandes costes de baterías son las principales razones que esgrimen. El CEO de Delphi, Rodney O’Neil describía de forma muy pesimista la reacción de los consumidores a los coche eléctricos en el mercado. También dijo que no esperaba que la tecnología de baterías mejore mucho.

Eso explica que muchos fabricantes hayan retrasado o directamente cancelado planes para fabricar sus modelos eléctricos. Otros comentan que el despegue será lento y lo seguirá siendo por mucho tiempo. Los ejecutivos de Volkswagen y Mercedes eran un poco más comedidos en sus declaraciones. Jonathan Browning, de Volkswagen America augura que los eléctricos no llegaran ni al 3% de las ventas de vehículos nuevos en 2018. Martin Jäger, de Daimler era igual de precavido, afirmando que los gobiernos deben seguir prestando ayudas si quieren que los eléctricos salgan adelante.

Todo parece indicar, como ya sabíamos por otra parte, que muchos fabricantes que desarrollan vehículos eléctricos lo hacen más por obligación a causa de las restricciones de emisiones o normativas como la de California que por propia voluntad.

La verdad es que a estas alturas parece inconcebible que mientras Tesla, Nissan, Renault, Ford, Fisker, GM, Toyota y otras son capaces de desarrollar en tiempos razonables modelos eléctricos o híbridos enchufables y sacarlos a la venta, compañías como Volkswagen, Audi y BMW se queden mirando a ver que pasa y viviendo de los diésel. Solo el tiempo nos dirá al final cual resultó ser la apuesta acertada.

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Fuente | Car&Driver