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Baterías de litio acuosas, mayor autonomía y tiempos de recarga similares a un coche convencional

Dos grupos de investigadores de la Universidad Fudan en China y de la Universidad Técnica de Chemnitz en Alemania, han presentado los progresos que ha realizado en la investigación de un nuevo tipo de batería de lítio que promete alcanzar unos niveles de densidad energética superiores,  al mismo tiempo que logran reducir los tiempos de recarga a los que necesita un coche con motor de combustión en una gasolinera.

Para lograr estas prestaciones tan prometedoras se ha usado un electrólito acuoso con un recubrimiento metálico en el ánodo que evita entre otras cosas la formación de dendritas, una configuración que le permite según sus diseñadores alcanzar un nivel de densidad energética de 446 Wh/kg, lo que supone en torno al 80% más que las actuales baterías de litio.

Pero además de una gran densidad energética, que permitirá mejorar las autonomías de los actuales vehículos, esta solución es también muy estable ya que no se ha observado desprendimiento de hidrógeno, y de esa forma tiene una capacidad para soportar grandes potencias de recarga que sobre el papel le permitiría a un vehículo dotado de esta tecnología recuperar la energía de sus baterías en pocos minutos.

Uno de los efectos secundarios es la estabilidad térmica de estas baterías que son capaces de absorber una gran cantidad de calor, lo que permitirá a los fabricantes simplificar los sistemas eléctricos de los coches, al mismo tiempo que diseñan packs capaces de soportar recargas rápidas incluso bajo temperaturas exteriores extremas.

Pero no terminan ahí las cualidades de esta tecnología y es que según sus diseñadores, todo esto se ha logrado utilizando materiales economicamente asequibles, por lo que su fabricación no debería suponer un incremento de precio respecto a los packs actuales, e incluso se atreven a asegurar que con una producción adecuada, podría incluso rebajar su coste.

En resumen:

 

  • Una mejora de los ciclos de carga/descarga.
  • Una mayor densidad energética por celda.
  • Mayor eficiencia energética.
  • Bajos costes de producción por el uso de materiales convencionales.
  • Recargas ultra rápidas con seguridad y sin afectar la durabilidad del pack

 

La pregunta que todos nos hacemos es ¿para cuando? la respuesta no es sencilla ya que como hemos visto en muchas ocasiones, las aplicaciones de laboratorio a la carretera pueden necesitar hasta 10 años, y si esta investigación ha comenzado en 2007, podemos pensar que hablamos de unas baterías que llegarán con la segunda generación, para el periodo 2017-2020.

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