Después de poner en marcha la mayor flota de 50 taxis eléctricos en Bogotá, y una flota de motos eléctricas para la policía, el gobierno de Colombia continúa con su decidida apuesta por la transición hacía la electricidad en su sistema de transporte público.
En total el gobierno colombiano está negociando un acuerdo para la adquisición de 260 unidades del autobús eléctrico BYD e-Bus. Una flota que se unirá a los BYD E6 que ya prestan sus servicios en la capital, y que forman parte de un ambicioso plan para reducir las emisiones contaminantes del centro urbano de Bogotá.
Según el Banco Mundial, el coste sanitario provocado por las emisiones contaminantes de los vehículos supone una factura al presupuesto público de más de 216.000 euros cada año. Una problema que ha ido creciendo con el incremento del parque móvil, y el envejecimiento de los motores en circulación.
Sin duda es una apuesta decidida por el país sudamericano que ha visto en los motores eléctricos una solución a los problemas ambientales, pero también una fórmula a medio y largo plazo para conseguir reducir su importación de combustibles que el pasado 2013 crecieron un 44% respecto al 2012.
Por lo tanto, la apuesta de Colombia tiene dos motivos con un peso muy importante, reducir la contaminación en sus ciudades, y hacerlo mismo con unas importaciones de carburantes que perjudican gravemente a la balanza comercial exterior.
Para el fabricante chino el BYD e-Bus es el único en su clase capaz de ofrecer una autonomía suficiente para una jornada completa. Un modelo de 12 metros que gracias a su batería de 324 kWh/600 Ah puede recorrer hasta 250 kilómetros con una carga. Pero si el recorrido es demasiado largo, el e-Bus cuenta con dos cargadores internos de 30 kW cada uno, y que le permiten recuperar su carga en 5 horas.
Vía | Revistapym