Prueba del Volvo V60 D6 Plug-in Hybrid. El glorioso coche de Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Hace unos días Volvo Bélgica nos ofreció una prueba dinámica del Volvo V60 D6 Plug-in Hybrid (PIH). Durante 3 días pudimos disfrutar de este magnífico vehículo híbrido que a pesar de su éxito de ventas en los países del norte y centro de Europa no permanecerá en los planes de futuro de Volvo.

El Volvo V60 híbrido es una mole nerviosa que genera un juego psicológico sobre nosotros, haciéndonos desear quemar más combustible pero recorrer más kilómetros en modo eléctrico. Este modelo híbrido con 285 CV de potencia y tracción a las 4 ruedas es capaz de darte lo que necesitas pero dejarte con ganas de más.

[heading style=»subheader»]Los datos técnicos[/heading]

El Volvo D6 Plug-in Hybrid es un híbrido enchufable con dos motores; uno diésel que mueve las ruedas delanteras y uno eléctrico que hace girar las de detrás. Volvo no se ha molestado en buscar un motor pequeño, como un D4 con un consumo reducido, y ha montado un D6 de 2.4 L y 215 CV que otorga un par de 440 Nm a 4.000 rpm. Aun así en el modelo no-híbrido este motor contiene el consumo justo por debajo de los 5 l/100 km.

El motor eléctrico es de tan solo 70 CV (50 kW), pero con un par 200 Nm capaz de mover con soltura el coche desde parado y llevarlo hasta los 120 km/h. En conjunto el coche suma 285 CV, una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos para un peso total de 2.020 kg y un consumo medio difícil de creer, tan solo 1.8 l/100 km.

El Volvo V60 híbrido dispone de una batería de 11,2 kWh situada en el fondo del maletero que permite recorrer, según el fabricante noruego, hasta 50 km en modo eléctrico. Su producción inicial fue limitada a 1.000 unidades que fueron vendidas rápidamente y casi en su totalidad en los países nórdicos, lo que animó a Volvo a aumentar su producción y a ofrecerlo también en otros países europeos.

[heading style=»subheader»]El concepto[/heading]

El pasado mes de Octubre alcanzó una estupenda cifra de ventas en Holanda y su éxito se extendió también a Bélgica donde hemos realizado esta prueba. Llegó a los concesionarios españoles hace unas semanas y nosotros os traemos la primera prueba en castellano.

Cuando Volvo anunció la producción de un híbrido enchufable con tan solo 50 km de autonomía por 60.900 euros nos preguntábamos si merecerá la pena. El desembolso de 10.000 euros más que la versión de gasolina o casi como un Tesla Model S de 60 kWh (68.970 euros) ponía en serias dudas el interés que este híbrido pudiese generar.

Cuando te gastas 60 mil euros en un coche no se trata de ver lo que te vas a ahorrar en combustible, se trata de tener lo que quieres. Y sin duda el Volvo V60 D6 Plug-in Hybrid lo da. Por un lado la comodidad de la conducción en modo eléctrico. Tanto desde el punto de vista ecológico-responsable como por su conducción suave, sin vibraciones y sin necesidad de cambios de marcha.

Por el otro la sensación deportiva al encender el modo Sport, envuelto en el rugido del motor revolucionado, un poderoso ronroneo que los amantes del motor temen perder con los vehículos eléctricos.

[heading style=»subheader»]Interior[/heading]

El Volvo V60 PIH es un coche muy completo que nos hará sentir un control total de lo que nos rodea gracias a sus numerosos sistemas de seguridad. Con unos acabados excepcionales, con la garantía de calidad que nos ofrece conocer el cuero que Volvo utiliza en sus coches y con una infinidad de gadgets.

De hecho, sentarse a los mandos de este coche no es trivial. El interior de los coches de Volvo se caracteriza por esa columna hueca bajo la radio con un teclado completo y numerosos botones. Cuanto más equipado, más complicado, y tenemos en las manos un el modelo más alto de gama, con el añadido de los modos de conducción; Pure, Hybrid, Power, Save yAWD.

• Pure; Eléctrico puro, el coche es propulsado desde el motor eléctrico trasero.
• Hybrid; El coche seleccionará automáticamente el modo más eficiente de conducción, priorizando el uso del motor eléctrico.
• Power; Ambos motores trabajando en conjunto, con el motor gasolina trabajando más revolucionado que en modo híbrido.
• Save; Pensado para recuperar la carga de la batería a costa del consumo de gasóleo. Volvo recomienda su uso a velocidades elevadas y cuando se espera necesitar el modo eléctrico posteriormente en ciudad. Solo recupera un 20% del total de la batería.
• AWD. All Wheel Drive, o tracción a las 4 ruedas. Este modo permite trabajar con ambos motores sin recurrir a Power. Pensado para cuando se necesita más tracción este modo se activa automáticamente cuando el coche detecta una pérdida de agarre en alguna de las ruedas.

Los 3 primeros modos de conducción se han sacado del teclado principal. Están aislados en una línea inferior más cercana a la palanca de cambios. Serán los modos que más se utilicen en una conducción normal, mientras que Save y AWD encuentran su lugar con el resto de funciones.

El coche está lleno de sorpresas. Ideal para los que les gusta hurgar sin mirar el manual de instrucciones. Dentro del equipamiento podemos encontrar desde un botón para bajar los reposacabezas traseros, una red para separar el habitáculo del maletero o instrucciones de cómo conducir más eficientemente.

Dentro de los sistemas de seguridad del coche se encuentran el control de velocidad adaptativo, sensor de cambio de carril, indicador de ángulo muerto (BLIS) y el sistema City Safety, que permite frenar el coche por completo cuando se circula a menos de 50 km/h y sensores de aparcamiento que detectan coches acercándose cuando circula marcha atrás. Abrumador.

Los paneles informativos, tanto la pantalla central como el cuadro de mandos digital, resultan agradables, con cierto toque deportivo e incluso se pueden personalizar los colores. Con ilustraciones muy intuitivas del funcionamiento del sistema híbrido ofrecen información muy útil y de forma clara de los consumos, tanto eléctrico como de combustible. Aunque la navegación usando el mando del panel central en ocasiones resultaba bastante lenta.

La mayor pega de este vehículo está en el maletero. El Volvo V60 D6 Plug-in Hybrid aloja la batería y el sistema de tracción eléctrico en la parte trasera del vehículo, bajo el maletero, esto hace que, aunque han conseguido mantener los 430 litros de carga de los modelos no enchufables, el suelo del maletero este 60 cm más alto, una altura que puede resultar incomoda a la hora de cargar objetos pesados.

[heading style=»subheader»]Conducción[/heading]

Sorprende la agilidad desde parado con tan solo 70 CV, el coche puede acelerar con soltura. Probamos la autonomía del modo eléctrico por ciudad, sin climatizador ni calefacción, y alcanzamos los 25 km habiendo usado el 50% de la batería, por lo que los 50 kilómetros son factibles, pero al entrar en autopista el consumo aumenta notablemente y el motor de combustión empieza a trabajar cuando llevamos unos 40 kilómetros.

Acabo el antídoto eléctrico el ecologista Dr. Jekyll se refugia en el depósito de gasóleo dándose a la bebida. Es el momento de dar paso a Mr. Hyde que, como en la novela, gana en agilidad y fuerza, se transforma en la bestia con salida de escape doble con solo pulsar el botón Power. Porque, puestos a quemar petróleo, mejor hacerlo bien.

Nuestras disculpas, el efecto bipolar del Volvo V60 híbrido se apoderó de nosotros. No fuimos capaces en todo el fin de semana de sacar una media de consumo razonable. Cada incorporación en la autopista, cada adelantamiento ajustado debía de hacerse en modo Power y nos falta espacio en la autovía. Entonces entendimos la razón de ser de este coche. Volvo no introduce la mecánica híbrida para competir con un Honda Insight en consumo, se trata de ganar en prestaciones y para disfrutar del modo eléctrico cuando el tráfico invite a ello.

No acusamos la posición de la batería en la parte trasera del vehículo, que ni culea en los pasos por curva ni cabecea en los badenes. La suspensión es relativamente dura en comparación con otros modelos de Volvo, pero no resulta incomoda.

Exprimiendo la batería al máximo esta siempre recuperará suficiente energía en cada frenada para, en modo híbrido, comenzar de nuevo la marcha con el motor eléctrico, ayudando a una salida más suave e inmediata, sin ningún retraso por el sistema Start-stop.

Como siempre los sistemas de climatización y calefacción reducen notablemente la autonomía del vehículo, hasta un 10% en la estimación de la autonomía. Pero son muy efectivos y agradables, tanto los asientos como el volante calefactables, algo que agradecimos en la prueba con temperaturas rozando los cero grados y pueden ser desconectados al de pocos minutos, recuperando una pequeña parte en el pronóstico.

[heading style=»subheader»]Conclusiones[/heading]

La gran cantidad de accesorios y sistemas de seguridad colocan a este modelo en el peldaño superior en cuanto a confort y equipamiento. No se trata de un modelo 100% eléctrico, pero grandes prestaciones y consumos ajustados lo convierten en una opción muy interesante, que puede servir tanto para largos viajes como para el día a día.

Con todo el precio se justifica y personalmente la hibridación si merece la pena. La pena es que Volvo no tenga pensado continuar con este modelo, pero nos queda la esperanza de que pronto saldrá el Volvo XC60 PHEV, que seguramente heredará la lograda mecánica del Volvo V60 D6 Plug-in Hybrid.

Gracias a Volvo Belgium por ofrecernos el vehículo para la prueba y a Prashant Agrawal, una vez más, por las fotos.