A partir de este próximo mes de junio la capital alemana comenzará la sustitución de su enorme flota de autobuses por modelos 100% eléctricos. Para ello las autoridades locales han llegado a un acuerdo con el fabricante polaco Solaris, y con el gobierno central, que financiará el inicio de esta masiva operación.
El modelo seleccionado es el Solaris Urbino. Fabricado en Polonia, cuenta con un cuerpo de 12 metros de largo y capacidad para 70 pasajeros.
La propulsión procede de un motor de 160 kW (217 CV) con un par motor de 1.400 Nm, o de forma opcional por dos motores de 60 kW cada uno.
[blocktext align=»left»]Desde el fabricante se indica que en condiciones invernales, el 40% de la energía puede llegar a ser usada por el sistema de climatización.[/blocktext]La energía procede de una batería de litio, que cada operador puede adaptar su capacidad a sus necesidades, con opciones desde 60 kWh, hasta versión con 210 kWh. Todo depende de las características de cada ruta y las condiciones climatológicas de la zona, algo extremadamente importante.
Al finalizar cada recorrido, el autobús puede recuperar la energía mediante un clásico cable, o como han elegido los responsables del transporte de Berlín, mediante une un sistema por inducción, que en este caso en apenas 6 minutos le permitirá disponer de nuevo de su autonomía completa.
Uno de los datos más interesantes de este proyecto es que indican una de las informaciones que normalmente no sabemos de estos modelos. Su precio.
La versión eléctrica del Urbino tiene un coste de 400.000 euros por unidad. El doble que la versión con motor de combustión. Una cantidad considerable que hace que los ayuntamientos tengan que pensárselo mucho antes de lanzarse a su adopción.
En el caso de Berlín, el gobierno central ha otorgado una importante ayuda de 4 millones de euros, que permitirá afrontar la adquisición de las primeras unidades, y también los 300.000 euros que se ha presupuestado el sistema de recarga.
Como vemos los autobuses eléctricos son una excelente solución para reducir las emisiones contaminantes, al mismo tiempo que los costes operativos de las flotas de autobuses.
El principal problema es afrontar el coste de compra. Un aspecto donde al igual que los turismos, las ayudas del gobierno serán fundamentales para dar el pistoletazo de salida.
Vía | Berliner (alemán)
