La nueva alcaldesa de París está determinada a luchar contra la contaminación en la capital francesa. Es uan de las banderas de su legislatura.
Uno de los primeros objetivos ha sido la puesta en marcha de un programa que permita aumentar la red de puntos de recarga para vehículos eléctricos. Este ambicioso programa se acompañará por un sistema complementario de ayuda para aquellos profesionales que quieran dar el salto a la movilidad eléctrica.
De esta forma los interesados tendrán a su disposición tres categorías de ayudas.
- € 3.000 para un comercial ligero eléctrico cuyo total en carga admisible de peso que no exceda las 2,5 toneladas;
- € 6.000 para un vehículo comercial ligero eléctrico con un peso bruto total superior a 2,5 toneladas;
- € 9.000 para un vehículo comercial eléctrico peso pesado.
Unas cifras que se podrán acumular a los 6.300 euros que ofrece el gobierno por la compra de un vehículo eléctrico. El único requisito es que a la hora de adquirir el vehículo eléctrico, este sustituya a un diésel o gasolina que esté enmarcado en las categorías que en Francia otorgan a los modelos más contaminantes (dos o tres estrellas).
Otra de las limitaciones es que este programa estará destinado a las pequeñas y medianas empresas que no cuenten con más de 10 empleados, y que podrán acceder a una única operación. Además estos tendrán que mantener como mínimo el vehículo en su propiedad durante tres años, y lo más curioso, que la empresa no podrá comprarse un vehículo nuevo que esté por debajo de la normativa Euro5 durante este tiempo.
Medidas que se espera ayuden a París dejar poco a poco esa imagen demoledora vista el pasado año donde era difícil distinguir el horizonte de la ciudad por culpa de la contaminación, y que provocó la mediática limitación de acceso a los coches particulares al centro de la ciudad.
Vía | AVERE (francés)