Estos días se están produciendo una avalancha de avistamientos de los primeros Tesla Model X de serie, que son el preludio a unas entregas a propietarios que comenzarán el día 29 de este mismo mes. Por detrás tres años y siete meses de espera desde la presentación del primer prototipo.
Se trata de un periodo de tiempo realmente largo, durante el cual Tesla ha tenido tiempo de replantearse muchas veces el aspecto del Model X, hasta llegar a donde estamos. Un aspecto que muchos han comenzado a criticar, y que en los últimos vídeos se ha ganado comentarios de los que lo ven pasar del estilo «parece un Toyota Prius». Casi nada.
Y es que el Model X ha vivido algunas pequeñas modificaciones desde su primer prototipo. Los cambios más evidentes los encontramos en una parte trasera que ha visto como la caída se ha acentuado, dando como resultado un portón más compacto y un aspecto más redondeado que en el prototipo.
Esto ha podido ser una de las razones para ofrecer de forma opcional un alerón, que compense esa diferencia en la carga aerodinámica y también mejore el aspecto visual.
La parte delantera también ha recibido alguna modificación. Podemos ver como el frontal es más redondeado y da la impresión de sobresalir más que en el prototipo. Aunque eso puede ser fruto del ángulo en el que se han tomado las fotos.
Lo que no ha cambiado es el espectacular parabrisas delantero, que se extiende hasta el marco que une las puertas delanteras con las traseras. Un elemento que le permite además de ampliar la visibilidad del conductor y proporcionar más luz en el interior del habitáculo, mejora la aerodinámica al eliminar una junta en una zona crítica.
Veremos como funciona el sistema que reduce la entrada de sol, y como se comportan a largo plazo esas viseras para el sol que se integran en el marco lateral del coche.
Pero la pregunta que os lanzamos en ¿feo o atractivo?