Bentley Mulsanne vs Tesla Model S
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Publicado: 03/10/2015 10:00
La revista Autocar ha puesto frente a frente a dos de las mejores berlinas del mercado. El Tesla Model S, y el flamante Bentley Mulsanne. Dos monstruos sobre ruedas que tienen algo en común, las altas prestaciones. Pero lo hacen desde dos puntos de vista radicalmente diferentes.
Del Tesla Model S lo primero que se dice es que es el equivalente a la huella dejada sobre la luna por el primer astronauta. Una berlina que ha logrado que un coche eléctrico sea deseado por un amplio espectro de usuarios, gracias a sus prestaciones, y a una autonomía suficiente incluso para largos desplazamientos.
A esto añade el espacio de carga, y además la demoledora aparición de las variantes con tracción total, con la versión P85D como la hasta hace poco la más poderosa gracias a sus 700 CV que le disparan hasta los 100 km/h en apenas 3.1 segundos.
Pero la pregunta que se hace la redactora es. ¿Puede un coche 240.000 euros más barato, hacerle frente al todopoderoso Mulsanne?. Para comprobarlo ha realizado una prueba de ambos modelos.
Empieza con el Model S, del que deja claro desde el principio que la aceleración es más que llamativo. La describe como una de las sensaciones más intensas del mundo del transporte, y todo sin dramas ni estridencias. Y eso que el modelo probado no tiene el modo de aceleración Ridículo, que mejora todavía más las cifras.
Pero una cosa es acelerar, y otra diferentes es gestionar las curvas. Según la redactora, después de probar el Bentley y a pesar de su peso, el Model S tampoco parece demasiado ligero. Describe el paso por curva como más estable que en el Mulsanne, pero a pesar de contar con batería en los bajos eso no evita algún balanceo. Por suerte cuenta con una dirección extremadamente precisa.
En cuanto a las calidades, del Model S indica que cuenta con ciertas reminiscencias de Mercedes, fruto de su colaboración, pero el nivel general no es el que esperarías de un coche de más de 80.000 euros.
En el otro lado del ring el Bentley Mulsanne te invita a ir a vivir a una casa de piedra en medio del campo, comprarse un perro de caza y vivir alejado de la tecnología. Por supuesto tiene un carácter propio, como el del comprador de este tipo de coches, que aprecia la calidad del fabricación, así como detalles como el enorme espacio para las piernas en los asientos traseros.
El Mulsanne es descrito como una pieza de burguesa elegancia, que lleva en su interior un poderoso motor de 6.75 litros y 530CV que le impulsan hasta los 100 km/h en 4.9 segundos. Casi dos segundos más lento que el Model S.
Un modelo que supera al Tesla en cuanto a calidad de materiales. Una fabricación artesanal, contra los robots de Tesla, que junto con el coste de llevar una insignia en su frontal con mucho peso a nivel de imagen, llevan el precio del Mulsanne antes de ponerse con las opciones, hasta unos 340.000 euros.
Por supuesto además de un nivel de calidad general al más alto nivel, Bentley no se ha olvidado del aspecto tecnológico, y el ocupante puede encontrar en las plazas traseras elementos como soportes eléctricos para su tablet, o incluso puntos donde cargarlo.
A nivel de conducción el Mulsanne demuestra que sus 2.7 toneladas son para conducir con tranquilidad. A bajas velocidades su comportamiento lo describe como exquisito. Pero cuando se pone el modo sport, y se pisa el acelerador con firmeza, la sensación no es tan buena con una dirección no demasiado precisa.
Autonomía
No podía faltar la referencia a la autonomía. De los británicos podemos esperar cualquier cosa, sobre todo cuando se enfrenta un coche local con uno americano.
En este caso el problema ha sido que el Model S ha llegado a un nivel de carga bastante bajo, insuficiente para completar el recorrido hasta el siguiente punto, y de vuelta hasta la vivienda de la periodista. Pero por suerte esta sabe que existen los cargadores rápidos, y mediante la pantalla del Model S encuentra uno a pocos kilómetros.
Por desgracia para ella, no es un supercargador. Es un punto de recarga rápida de un operador local, lo que le obliga a darse de alta con un engorroso proceso, pagar una cuota inicial de 20 libras (27 euros) y luego afrontar un coste de 4 libras (5.4 euros) por los primeros 15 minutos, y luego 25 céntimos de libra por minuto (0.33 euros). En total 27 euros por la recarga de 50 kWh, más la cuota inicial.
Un precio bastante razonable y nada comparado a un Mulsanne del que no dicen nada del coste, pero que tiene un consumo medio «oficial» de 12 litros a los 100.
La conclusión es que el Bentley es un objeto decorativo y una obra de arte a nivel de fabricación que cumple una función principalmente representativa. En el otro lado el Model S se siente como una espada láser. Moderno y muy rápido con una propuesta sin igual en el mercado.
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Fuente | Autocar