El Departamento de Eficiencia Energética y Energías Renovables de Estados Unidos ha publicado una lista en la que aparecen varios estados que tienen un están adoptando algún tipo de impuesto para coches eléctricos e híbridos enchufables. La cuantía de esos impuestos va desde los 43 dólares hasta los 300.
El objetivo de este tipo de impuestos es reemplazar a los que antes se recaudaban a través del combustible. Los impuestos a los hidrocarburos teóricamente se utilizan para financiar el mantenimientos de las carreteras. Unas carreteras que también usan los coche eléctricos e híbridos enchufables, pero con un nulo o menor uso de combustible. Esto hace que su contribución en impuestos sea menor.
La mayoría de los estados están tratando de impulsar las ventas de este tipo de coches por sus beneficios económicos y ambientales. Algunos incluso ofrecen incentivos económicos, por lo que establecer un impuesto para coches eléctricos parece un poco contradictorio.
En el el caso más extremo tenemos a Georgia, que grava a los vehículos eléctricos comerciales con 300 dólares, y a los particulares con 200. Por otro lado tenemos a Idaho, donde incluso los vehículos híbridos convencionales deben pagar un impuesto especial. El impuesto más bajo está en Oregon, con 43 dólares.
En mi opinión, quizá este impuesto tendría algo de sentido en un futuro en el que los coches eléctricos tuviesen una gran penetración en el parque de vehículos. Hoy en día, ese porcentaje aún no es demasiado significativo, por lo que lo único que consigue este impuesto es poner más trabas a la compra de este tipo de vehículos. O quizá en un futuro parte de los impuestos de la electricidad deban utilizarse para financiar carreteras.
¿Ayudas a la compra y luego impuestos al uso? Un sinsentido.
Fuente | GreenCarCongress
