En los últimos años hemos visto unas cuantas veces a los chicos de Kreisel Electric por aquí. Se han hecho un nombre con espectaculares conversiones de modelos con motor de combustión, a los que han añadido un explosivo sistema eléctrico.
Podemos recordar el Porsche Panamera dotado de un sistema de 490 CV, tracción a las cuatro ruedas, y una autonomía de 450 kilómetros con cada carga gracia a una batería de 85 kWh. También muy llamativo el Skoda Yeti, al que han añadido un total de 273 CV de potencia, y una batería de 64 kWh, suficientes para recorrer 350 kilómetros con cada carga.
También para recordar la segunda batería diseñada para el Volkswagen e-Golf. Un pack de 24.2 kWh que llevaba la capacidad total del compacto alemán hasta los 55.7 kWh que disparaba la autonomía desde los 190 kms ciclo NEDC, hasta los 430 kms.
Ahora Kreisel Electric vuelve a ser noticia no por una de sus conversiones, si no por que han anunciado que han comenzado los trabajos para levantar su propia fábrica de baterías. Una instalación de 6.276 metros cuadrados que estará situada en su Austria natal, y que tendrá una capacidad de producción de 0.8 GWh cada año.
Esta producción permitirá sacar unos 33.000 packs de 24 kWh cada año. No es una Gigafábrica como la de Tesla, pero al menos es una de las pocas iniciativas europeas que quieren competir contra la avalancha de productos de los fabricantes asiáticos y ahora también norteamericanos.
Además de la producción de baterías, en esta planta se realizarán los procesos de I+D de Kreisel de donde saldrán los futuros productos de esta interesante empresa.
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Fuente | Kreisel
